(Estanislao Del Signo)
Una vacilación exitosa
en medio del camino
puede ampliar la visión del visionario,
del viandante genérico, del observador
imaginario y del viajero que huye
(Huye de lo que te excede:
es lo que quedó de El viajante, novela
que leí al pasar, hace años, al hacer el
trabajo de pasar y corregir los borradores.
Mi memoria vacila al intentar recordar
el nombre de su autor, un hombre mayor,
abogado, que no quería abandonar esta
vida sin dejar algún legado)
Una vacilación exitosa
en medio del camino
puede enriquecer la vocación
del lector ocasional, perdido
entre las sombras que la memoria
no borró: todos deseamos dejar algo
en otras memorias.
Pero el viajero que huye
puede volver a vacilar…
Podría haber huído, pero vacilé.
Podría haber vacilado pero huí.
Ambas opciones son válidas
en el orden semántico, ninguna
es superior en el plano discursivo
(Hasta que el predictor dirime:
El que huye, siempre tiene otra
oportunidad)
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