(Ricardo Mansoler)
Es difícil caminar
espalda con espalda
sin que choquen
las espadas.
Es difícil caminar
de espaldas, incluso
sin espada:
Podríamos chocar con una
y sentir el filo de la espada
abriéndose camino en nuestra
espalda.
Es difícil caminar de espaldas,
entre espadas ajenas, que esperan
la ocasión para entrar en acción
en una u otra espalda.
No tengo memoria de haber
caminado mucho de espaldas,
con o sin espada.
Tampoco guardo en la memoria
espadas. Borges decía ser, entre
otras cosas, la memoria de una
espada.
Estaba orgulloso de sus ancestros
militares y sus espadas, y sentía
vergüenza de su espada de pluma.
Hay que tener espaldas
para sobrellevar ciertas historias
y caminar con ese peso atrás.
Es difícil caminar
espalda con espalda,
sin que se choquen
nuestras espadas.
Los ángeles son ajenos
a esta dificultad,
porque no tienen espalda.
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