(Estanislao Del Signo)
Ella ya me olvidó,
tendría sus motivos
(o por el contrario, no tendría
motivos para no olvidarme)
Ella ya me olvidó,
hizo lo correcto:
olvidar puede ser una buena
decisión (aunque se suelen
recordar más las malas)
Ella ya me olvidó,
comparto su decisión; siempre
me autopercibí como alguien
olvidable: no brillaba por mi
lucidez en
reuniones, carecía de
iniciativa privada y ni siquiera tenía
buena conversación.
Ella ya me olvidó,
creo que es lo mejor que pudo
haber hecho. Yo hubiera hecho
lo propio, por no decir lo mismo.
Hay que saber olvidar a tiempo.
Ella ya me olvidó, no le habrá
costado mucho: no cuesta casi
nada olvidar a seres olvidables.
Ella ya me olvidó.
Yo la recuerdo ahora, sin caer en
la desazón ni el desasosiego:
Me lo esperaba.
Sé que pronto olvidaré todo,
la memoria de los olvidables
es bastante sabia.
Estamos curtidos en el ejercicio
del olvido, tanto propio como
ajeno:
Tiene sus ventajas reconocerse
olvidable (hay otras, que ahora
no recuerdo)
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