(Orlando Doorland)
Este agujero negro podría estar sucio.
También lo inverso: es verosímil
asimilar sucio a oscuro.
Era la mancha blanca de la familia,
no suena convincente, aunque pudiera
expresar una realidad.
La suciedad suele ser provisoria,
nadie está nunca del todo limpio.
Pero los trapos sucios se lavan en casa.
Cualquiera que se aventure en tierras
bituminosas, saldrá sucio.
El deshollinador no tiene reparo en
ensuciarse, es su trabajo.
Trabajos sucios hay para elegir,
lo que abunda no ensucia.
En nuestras sociedades modernas
la suciedad está organizada; todos
somos contribuyentes para que el
orden no se altere: Separamos la
basura.
Hay que observar y hacer observar:
Mantenga limpia la cuidad (dentro
de los parámetros razonables para un
hacinamiento inteligente)
La experiencia recogida sirve para
superar dificultades, mantener un
orden y reproducir:
La experiencia ensucia.
Todos somos parte de algún juego
sucio, se comprende: son las leyes
del juego.
El agujero negro es lo más obscuro
que conocemos, tal vez.
Aventaja a la noche más obscura:
toda noche tiene fin,
hasta la de Céline.
Pero al agujero negro no lo conocemos,
podría no tenerlo (para saberlo habría
que entrar y verlo desde el otro lado)
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