viernes, 22 de agosto de 2025

El capital poético

 

(Horacio Ruminal)

 

¿Qué sabemos del poema?

No mucho, tal vez lo necesario:


No es necesario saber mucho,

más que leer, y comprobar que

no es necesario.


Aunque esta condición no define

al poema: Hay otras cosas igual

de legibles que tampoco lo son,


incluso menos necesarias que

cualquier poema.


De la poesía, en cambio, sabemos

un poco más: Toda poesía es hostil

al capitalismo.


Lo averiguó Juan Gelman, alguien

tenía que decirlo, aunque para muchos

no fuera necesario.


No sabemos cuántos son, los que

leyeron el poema. Cuántos, los que

se detuvieron en ese primer verso

y comprendieron todo lo que significa.


Cuántos, los que pudieron extraer alguna

utilidad de esa lectura, o cuántos, los que

decidieron abandonar la poesía en ese

verso por hostil:


Al poema se lo puede abandonar

en cualquier parte. En cambio, al

capitalismo no se lo puede abandonar

por decisión propia.


La verdad, sabemos más del capitalismo

que del poema, que suele ser hostil a las

definiciones y siempre supo defenderse.


Aunque tampoco sabemos mucho

de aquel, más allá de las ley de la oferta

y la demanda, la volatilidad de los mercados,

la producción social y apropiación individual


y el desarrollo sustentable que promete

un crecimiento infinito con recursos

que no lo son.


El poema no es un sistema, ni una ideología,

aunque la tenga y observe ciertas cláusulas.


El poema no es sólo un objeto estético,

también tiene una ética. En cambio, el

capitalismo tiene una estética, y es hostil

a toda ética.


¿Qué sabemos de la función poética?

 

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