jueves, 6 de septiembre de 2018

Ventajas opcionales

(Carlos Inquilino)



Ahora podría estar arriba,
pero estoy abajo.

La ventaja de disponer de dos plantas,
la ventaja de disponer de opciones:
elegir subir, elegir bajar.

Las ventajas de poder optar.

Ahora podría estar adentro,
pero estoy afuera.

La ventaja de disponer de opciones:
superficie cubierta y descubierta,
elegir entrar, elegir salir.

Las ventajas de poder optar,
no me canso de optar.

Ahora podría escribir,
pero estoy leyendo:

Dos opciones de la escritura.
La ventaja de disponer de opciones,
leo: Todo texto es político.

Luego, no existe opción, la libertad
poética no contempla el poema apolítico.

Corolario: Nunca creas lo que escriben
los poetas ni lo que dicen los políticos,
su discurso está armado.



viernes, 31 de agosto de 2018

¿Necesidad o diosa?

(Onésimo Evans)



Odio lo que hago, pero debo hacerlo.
Dijo dios a sus corderos, y creó el metabolismo.

Alguien tenía que hacerlo, argumentó, y lo más
justo es que fuera yo: Todo lo que hago es justo
-es palabra de dios-

Y siguió haciendo, haciendo y emanando, y vio
que era bueno hacer y emanar, premiar y castigar,
hacer saber y hacer obedecer: Todo cuanto es,
obedece a la voluntad divina, observó -en todo
estoy yo-   y vio que su observación era buena.

Observó las leyes naturales, que acababa de crear
y vio que eran buenas, aunque no tan justas ni
razonables, pero sabiéndose fuente de toda razón
y justicia, lo justificó. Y vio que era bueno
justificar.

E hizo la risa, los sexos, los sentidos, y el libre
albedrío y las distintas perversiones: los desvíos,
los atajos, son oportunidades divinas para que cada
mortal encuentre su camino en este valle, y goce
de su naturaleza material según su deseo y su
necesidad.

La necesidad está en la cima de la creación divina:
Es el límite perfecto que sostiene la noción
de imagen semejanza, la diferencia cualitativa
entre el Reino Divino y nuestra condición subalterna:

El Creador dispone que sus criaturas conozcan
la necesidad, que El no conoce.

El plan divino es perfecto:
 
¿Quién sabe que harían estas criaturas condenadas
e imperfectas, codiciosas y violentas, si se les
suprimiera la necesidad?



Resistencias dudosas

(Ricardo Mansoler)



La poesía es un acto de resistencia,
dijo alguien que escribía (escribir,
decir en silencio, dejar dicho,
oponer resistencia al olvido, un acto de fe:
pretender que algo merezca perdurar, a
sabiendas que somos olvidables y todo cuanto
hacemos y pensamos será olvidado)

La poesía es resistencia al tiempo, podría
citar, seguir citando: citar es más fácil que recitar,
basta la memoria (una propiedad cuyo desarrollo
nos diferenció del resto de la fauna planetaria)

La poesía, supo ser un arma
cargada de futuro, entre otras cosas,
pero el futuro no fue el que esperaban los
poetas: La poesía no pudo cambiar el mundo.

¿Es tiempo de resistir?

Hay dudas, el presente es de duda.
Ya no hay autores comprometidos;
el compromiso es parte del pasado,
el único compromiso que subsiste
es con la duda.

Hay un margen de error en esta apreciación,
y hay un margen de duda, me dijo un poeta
marginal (la actividad poética, la acción de
cometer poemas, es un cultivo marginal)

En tiempos de valores dudosos, cuando se
habla de crisis de valores, la duda cobra un valor
significativo: Hay una realidad, hoy sólo podemos
creer en quienes dudan, quienes ponen en duda
esta realidad.

Hay que dudar de todo, aconsejaba el filósofo
en el siglo XIX, avizorando un futuro por demás
dudoso. También Aristóteles ponderaba la duda
como expresión de naturalezas superiores.


La poesía es un acto de resistencia.
Dudar es resistir: escribía un poeta olvidado
que dudaba más de lo que pensaba, según la acusación
de algunos detractores, a la que respondía sin dudar:
El que no duda tampoco piensa.

martes, 31 de julio de 2018

El adoptante incauto

(Ricardo Mansoler)


Acautelarse: Tomar recaudos, adoptar medidas
cautelares. Acuartelarse en la cautela. Leía en un
diccionario de neologismos probables y sustentables
cuyas acepciones esperan aceptación.

Las nociones van y vienen
como los deseos que se enuncian
o subyacen. Todo es movimiento
pero no todo es nítido.

Los movimientos van y vienen
como los cuerpos que obedecen.

Se busca precisión para obtener sentido
-el movimiento de sonido sin sentido
no produce nada interesante ni deseable
más allá de la música-

Hay movimientos espontáneos y movimientos
premeditados.
Hay cuerpos emitidos y otros cuyo origen
se desconoce.

Hay que profundizar y precisar, ir a las causas:
Nos reconocemos como una especie en desarrollo,
ávida y banal, idónea para abrazar cualquier causa
(toda causa tiene alguna parte abrazable)

Hay necesidades lógicas, analógicas, intrínsecas,
exógenas, inútiles y esdrújulas, pero la necesidad
neológica es insoslayable para entender la evolución
ontológica del sujeto hablante:

Se necesitan nuevos significantes
para reciclar la realidad, que suele ser
hostil e irremisible.

Pero no todo es emisión,
ni es necesario tener una misión:

Hay que tener cuidado con emisores y receptores,
con patrocinadores y auspiciantes, con emprendedores,
inversores, evasores y parientes.

Hay que acautelarse, contamos con los recursos
retóricos que provée la producción neológica:
Llegado el caso, uno puede insolventarse, reconvertirse
o invisibilizarse para evitar el ninguneo.

sábado, 30 de junio de 2018

El ciudadano medio

(Carlos Inquilino)



El ciudadano medio no medita ni se mide
más que en relación a otros ciudadanos
medios.
El ciudadano medio no desea superarse,
si no es como medio para superar a otros
ciudadanos medios
Hay que entender al ciudadano medio:
está en el medio, cree en los medios, en la
justa medida y en el mal menor. Cree
lo correcto: el medio. Cree en la corrección
con más convicción que fundamento. Cree
que todos debiéramos sentir como un ciudadano
medio, y compartir que todo lo correcto está
en el medio. Si todos fuéramos ciudadanos
medios todo marcharía mejor, sin quejas, sin
reclamos, conflictos y otras incorrecciones que
perjudican al ciudadano medio.

El ciudadano medio sabe adaptarse a las circunstancias,
acepta los ajustes y las crisis con resignación, mientras
se le permita seguir sintiéndose un ciudadano medio.
No tiene ideología propia, se adapta a las condiciones
del momento histórico, pero es hostil con los que no
comparten su posición. El ciudadano medio no medita
ni interpreta; se repite, no necesita pensamiento propio:
repite lo que otros quieren que repita: sabe adoptar
correctamente los argumentos necesarios para la
reproducción correcta.
El ciudadano medio es víctima de aquellos que le
hacen repetir lo que quieren que repita, pero no se
reconoce como tal, y hace causa común con sus victimarios
contra los incorrectos que no se adaptan ni quieren
adaptarse. Hay que entender al ciudadano medio:
El no se reconoce, no necesita.
Es difícil detectar al ciudadano medio. Una forma de
identificarlo consiste en requerirle opinión sobre el
ciudadano medio: si contesta en tercera persona, podemos
estar en presencia de un ciudadano medio, mientras que
si lo hace en primera, plural o singular, conviene descartarlo.
El ciudadano medio no se reconoce.


Crecer envejece

(Onésimo Evans)



Crecer envejece,
es menester detenerse en el esqueje:
crece, reverdece, se estremece
y comienza a declinar.

El crecimiento es un viaje de ida,
yo nunca maduré ni quise,
aunque no deje de envejecer.

Hay que asumir la culpabilidad
de envejecer, de enfermar, de morir.
Hay que asumir con madurez
y saber morir a tiempo -mi padre, a
mi edad, ya estaba muerto-

Cuando nací, no sabía lo que me esperaba.
Pronto supe que estaba equivocado: yo
esperaba otra cosa.

Supe perseverar en el error no forzado,
supe ser un zurdo contrariado, pero con
los años me rectifiqué, pasé de ser un
adelantado a repetidor serial en avanzado
estado.

Supe ser abonado en servicio, locatario,
locador, sr. contribuyente, estimado cliente,
testigo innecesario.

Hay que tener, al menos, una línea de conducta,
ser consecuente con lo que se piensa.
Hay quienes hacen lo que piensan, quienes dicen
que hacen y quienes piensan demasiado como
para poder hacerlo.

Hay quienes piensan antes de hacer nada
y quienes prefieren no pensar: actúan de oficio
hasta llegar a viejos. Crecer envejece,
pero sólo se es viejo cuando se abandonan
los vicios.

viernes, 15 de junio de 2018

El estado y sus opciones

(Dudamel Rambler)


La base estalla
sin un estado que la contenga
Estamos: en un sentido excluyente,
el estado es la base de la estabilidad,
condición necesaria para no estallar.

El estado adopta medidas para evitar
o impedir los desbordes que pueden
hacer que el estado estalle: “Estábamos
al borde de un estallido, pero el estado
pudo contenerlo. Ahora nos sentimos
más contenidos”

El estado tiene sus órganos, como un cuerpo,
un organismo superior que contiene todos
los cuerpos.

El cuerpo contiene anticuerpos, hay anticuerpos
vivos y muertos, como los cuerpos (el anticuerpo
muerto no produce un cuerpo vivo: la doble nega-
ción, como otros principios y leyes matemáticos
no se verifican en cuerpos y anticuerpos)

El estado decide sacrificar algunos cuerpos (por
medio de sus anticuerpos) para mantener la
estabilidad del cuerpo social.

Hay distintos tipos de estado: está el estado que
asiste, el estado presente, y está el estado ausente.
Preferimos el presente, aunque no hay asistencia
perfecta: somos imperfectos bajo distintos estados.

Preferimos el presente, aunque sabemos que el
presente es de lucha, al igual que el pasado ( el
futuro siempre es incierto)

El estado no somos todos, pero los beneficiarios
son siempre los mismos, y ante la falsa opción
los electores nos inclinamos hacia el mal mayor:
A ver si aprenden a mejorar la oferta.

jueves, 31 de mayo de 2018

La solución integral

(Dudamel Rambler)


La integración no es todo,
pero resuelve una buena parte
de las contradicciones de la vida
del mortal.

Asóciese y acójase a los beneficios
de la integración.
Intégrese y comparta.
Partamos de una base: saberse parte
de algo mayor que uno, aumenta las
defensas, provée estabilidad y estimula
el desarrollo de vínculos saludables
con el entorno (hay que saber rodearse)

Reformúlese, reconfigúrese, recapacítese,
reconviértase: reiníciese,
aún está a tiempo de pertenecer.
 
La lucha solitaria contra el mundo, es una
causa perdida de antemano. Corte por lo
sano: No luche, lo más sano es la integración
(todos tenemos un costado sano que desarrollar,
el desarrollo sano incluye la integración)
 
En condiciones naturales, un sujeto sano
no debería presentar dificultades de
integración. Hay tantas formas de integrarse
como oportunidades.

La integración exitosa, brinda seguridad,
eleva la autoestima y produce endorfinas,
a la par que permite acceder al goce del sentido
de pertenencia  (con las ventajas del placer seguro)

Hay que pertenecer: esta frase no me
pertenece, pero la puedo reproducir
libremente reconociendo mi integración
al sistema de producción y circulación
de citas.

Hay que pertenecer: yo pertenezco a la
oposición por el momento.

Sólo a partir del propio reconocimiento
a un lugar de pertenencia, es decir, sólo
cuando se descubre a qué se pertenece,
es posible interactuar y mantener un comercio
fluído con otros miembros.


Hay que pertenecer, saber pertenecer
no importa a dónde, ni a qué.
 
Hay que pertenecer, después gozar,
después partir.


Dadores

(Ricardo Mansoler)



Necesidades dadas y adquiridas:
dar y recibir, incorporar y emitir,
embolsar y desembolsar, importar y
exportar, apropiar y enajenar.

Dados a discernir entre los verbos dados,
entre sus distintos usos y procedencias
y sus acepciones aceptadas, la amplitud
del verbo dar, da para dudar: Si el verbo
es de un valor dudoso, es dable dudar de
todos los dadores (y de todos los valores
asociados al verbo)

Se dan distintos tipos de dadores. Todos
somos dadores y receptores en distinta
medida y en distintos momentos, pero la
pregunta a formular es: ¿por qué damos?
¿Por qué da el dador?  ¿Hay un goce propio
de esa enajenación, a menudo inmotivada o
sin un sentido dado?  ¿Se goza al dar goce?
¿Gozamos de propiedades que nos exceden,
en tanto sujetos de ese intercambio dado?

¿Era la duda anterior al verbo?
¿Hay más preguntas?
No, sin verbo no hay pregunta.

Las respuestas son diversas, no existe el
dador universal, ni el vocacional, ni el
dador profesional: Se puede dar fe, dar
crédito, dar ánimo, dar lástima, dar amor,
dar asco, dar vida y dar muerte; hay datos
fehacientes.

Se puede dar, como respuesta a una demanda
externa. Dar como respuesta a una necesidad
intrínseca (hay que darse al amor)
Dar a cambio o dar para recibir más de lo que
se da (la modalidad especulativa es la más
común entre nosotros)
Dar por una denodada incapacidad de no dar,
dar por debilidad, por no poder negar: el tipo
que configura el dador involuntario.
Dar, por no valorar lo dado (o valorarlo en
forma negativa) o dar para deshacerse de algo
inútil.
Dar por desaprensión, o por desprendimiento
natural (hay que dudar de todo lo que parece
natural, tanto como de lo que se desprende)
Dar por descontado, dar para mantener el crédito
abierto. Dar como muestra de que se es una
persona o un sujeto dado. O para reconocerse
y ser reconocido como dador.

Dar como respuesta a un estímulo dado.
Dar signos, dar señales, dar síntomas,
dar como miembro o para mantener la condición
de miembro dado.

Dar por error u omisión, por un impulso irracional
e incontenible, o dar porque se dio.

Dar por haber dado con una vocación equivocada.
Dar por azar, porque es parte del juego
y la suerte estaba echada en dados
que no pueden abolirse.


lunes, 28 de mayo de 2018

Hormigueros

(Carlos Inquilino)




Las hormigas viven el presente,
tienen una línea de conducta;
trazan surcos en el jardín que
describen el trayecto que puede
conducir al hormiguero, que es su casa
y está dentro de la nuestra (aunque
podría ser lo contrario: el mundo como
un gran hormiguero que estamos invadiendo.
Parece más verosímil, son mucho más antiguas
y todo indica que nos sobrevivirán: estamos
de paso, somos un mal pasajero, en ambos
sentidos)

Criaturas pequeñas y laboriosas, confían
en el número; la cantidad es poder:
Podemos destruir el hormiguero pero no
acabar con las hormigas.
Sólo si hacemos a tiempo para discontinuar
el reino vegetal, desterraremos a las hormigas.

Mientras tanto, seguirán reproduciéndose
como lo hicieron siempre, copulando y
desovando: obedeciendo el mandato genético.

De las hormigas proviene el ácido fórmico
(formica es hormiga en latín) que es lo que
produce ardor cuando nos pican.

No suelen andar solas, forman un río oscuro
y formiforme (escribo desde mi mesa de fórmica)

Cuando las hormigas fornican, producen ácido
fórnico, a diferencia de nosotros que producimos
un ácido agridulce de nombre fatigoso
pero sin valor comercial, ni utilidad
residual. 

domingo, 27 de mayo de 2018

La realidad verificable

(Epifanio Weber)



Toda verdad tiene dos caras
a diferencia de la realidad, que muestra
una pero enmascara más.

La verdad no reconoce amantes, aunque nunca
le faltan postulantes, pretendientes, aspirantes.

Verdades eran las de antes -otra verdad por
verificar- pero la evolución permanece inexorable:
la posverdad es más útil que la verdad, y se
adapta a cualquier necesidad amatoria.

Verás que la veracidad no es todo, cantaba un inveterado
ocasional que intentaba posar de verosímil.
¿Quién necesita ser veraz? ¿Qué queda por verificar?

El perfoverificador cargado de futuro
me mira sin comprender: busca en el disco rígido,
repite la operación, busca su clave en la memoria,
me mira con un gesto; me ve perdiendo el cartel:
se busca.

Los buscadores de la verdad, hoy gozan de su
jubilación mientras tramitan el certificado de
supervivencia.

La evolución se verifica a cada paso:
el perfoverificador de antaño evolucionó
en pordiosero. -Ud. tiene 2 mensajes nuevos,
y 4 no leídos- le avisa el celular. Pero no,
no quiere saber nada con lo nuevo. Nada nuevo
puede ser bueno, repite mientras pide.

¿Le pide a todos?

-Sí, sólo no le pido a dios.

¿No cree?

-No lo conozco; no necesito nada desconocido.

¿Pide por necesidad?

-Sí, necesito pedir, como otros necesitan dar,
deshacerse. Tengo el hábito, ó el vicio.

-La necesidad no es vicio

¿Qué necesidad?

...............................................................


-Usted no dispone de crédito para realizar
este poema-

lunes, 30 de abril de 2018

Animales anómalos

(Asensio Escalante)



Sólo se ama lo que se conoce
- dijo alguien que desconozco -
 
¿amar es conocer?
 
No siempre
 
¿es condición necesaria?
 
No podría afirmar ¿y la aventura?
¿el amor a lo desconocido?
 
¿conocer es amar?
 
No parece muy sensato: el amor
tiene un componente de misterio y
fantasía que el conocimiento anularía.
 
¿los animales aman?
 
Amamos, somos animales terrestres:
nuestro elemento es la tierra.
Algunos aman la tierra, otros sólo la valoran
como recurso: compran y venden tierras.
La mayoría no compra ni vende y permanece
ajena a las propiedades de la tierra. Algunos
no tienen raíces, otros echan raíces aéreas y
estiman la tierra como un lugar para aterrizar.

Algunos aman la tierra porque es lo único
que conocen. No todo lo que se conoce
se ama, pero el conocimiento es un arma:
Amar es elegir, elegir es descartar; amar es
descartar: Quién no descarta nada no ama
nada.


Están los que no encuentran, en este mundo
terrenal, nada que merezca ser amado. Y aquellos
que, por el contrario, no saben qué descartar a la
hora de elegir: no conocen sino un amor disperso
y vacilante.

Algunos aman la tierra, acaso por ser lo único
que conocen. ¿Será ese el verdadero amor?
¿Es procedente hablar de conocimiento verdadero?
¿Hay conocedores y conocedores?
¿Quién conoce mejor la tierra?
¿El geólogo? ¿el geógrafo? ¿el agrónomo?
¿el agrimensor? ¿el agricultor? ¿el terrateniente?
¿el enterrador?
¿el enterrado?

Entérese

Tendencias verdaderas

(Horacio Ruminal)



Tiendo a la superación,
no puedo dejar de superarme.
La voluntad superadora
es lo que impulsa el movimiento evolutivo:
Pasamos de un estado a otro. Paso.
Un pensamiento da lugar a otro, somos lo
que pensamos, dijo al pasar Parménides.
El pensamiento se reformula a cada paso;
no se puede esperar nada del pasado, ni
aferrarse a una pasión. Las pasiones pasan,
los pasatiempos pasan.

Las naturalezas superiores, no se detienen
en la observación de la realidad sino que la
transforman. Todo estado puede ser superado
(aunque sólo por otro, observó un filósofo)

Tiendo a la superación: esta necesidad, nace
de la insatisfacción; esa tensión sostiene el
pulso evolutivo: quien se sienta satisfecho
no sólo querrá mantener su estado, sino que
opondrá resistencia a cualquier alteración.

La evolución histórica, la producción de
conocimiento y las sucesivas transformaciones
en nuestras condiciones de vida, que nos permiten
gozar o padecer esta realidad que transitamos,
es deudora de esas almas insatisfechas.

No se puede soslayar la importancia del conflicto,
la necesidad de confrontar, oponerse y desarrollar
contradicciones. Esa tensión, es el combustible
de la evolución.

Creo en las tendencias que no se imponen,
creo en lo que tiende a, sin otra pretensión
que sostener esa tensión sin resolver (resolución
es reposo, y del reposo no hay nada que esperar)

La posición correcta fracasó, fue superada por las
tecnologías de diseño y la inteligencia artificial.

La verdad pasó a la oposición. Las mejores conciencias
no vacilan en apostar a la oposición, pero la oposición
está dividida y nadie sabe cual es la verdadera.

sábado, 31 de marzo de 2018

Por otros protocolos

(Ricardo Mansoler)

 

No tengo convicciones, pero tengo pautas.
No tengo valores, pero tengo códigos.
No tengo amigos, pero tengo contactos y seguidores.
No creo en la ley, pero sigo protocolos.

Todos observamos protocolos.
Se puede prescindir de la ley, más no
del protocolo.

Toda acción, aún la más insignificante,
obedece un orden protocolar.

El protocolo, es un orden que contempla y
determina los sucesivos pasos a seguir
para arribar a un resultado predeterminado.

Cada uno, tiene sus propios protocolos
cotidianos, conductas que repetimos como
fórmulas, hábitos adquiridos cuya repetición
se vincula a una necesidad, y su respuesta
más o menos previsible.

Se puede inducir que la vida se reduce
a la aplicación correcta y articulada
de una cantidad de protocolos repetibles.

Cada disciplina, cada actividad humana,
reconoce los que le son propios:
El protocolo del proctólogo,
el protocolo del arzobispo, del carnicero,
del meteorólogo, del asensorista, del jugador
o del gendarme; del agregado cultural, del
traductor, del ideólogo y del enterrador,
el protocolo del taxidermista, del especulador,
del epistemólogo, del turista o del torturador,
son diversos entre sí, como el protocolo del
redactor y el del redactor de protocolos…

Yo tengo mi protocolo para escribir,
pero me lo reservo: no quisera ser
calificado como confesional, ni siquiera
como auto referencial,  tengo
mis códigos; y son parte de otros 
protocolos.


sábado, 24 de marzo de 2018

Estados


(Onésimo Evans)

 


El estado de bienestar fracasó
pero el estado no.

El bienestar es un estado transitorio,
no se puede estar bien siempre. La
estabilidad no produce cambios
significativos, ni genera oportunidades.

El estado no puede dar respuesta a
todas las necesidades, ni puede asistir
a todos. El estado no somos todos,
aunque todos somos contribuyentes:
lo sostenemos entre todos.

Hay quienes viven del estado, quienes
lo administran y quienes hacen fortunas
a costa del estado.

El estado es muchas cosas, pero nunca
es neutral, ni natural: en su estado natural,
el hombre no necesita un estado.

Hay estados, estadíos, estadios
y está dios, que no es neutral ni natural
-como el estado, y cualquier otro
significante- e igual nos ama.

miércoles, 28 de febrero de 2018

Trampas

(Tomás Mercante)



Este poema puede contener escenas de
sexo explícito, excesos verbales
y términos irreproducibles. Leí y pensé:
una trampa, para atrapar al lector incauto,
una oferta que nadie sano rechazaría, un
engaño, que para verificar hay que entrar
en el juego, dejarse engañar…

No: no caeré en esta trampa.
Ningún engaño se concreta sin la complicidad
de la víctima, el engañado. Conocemos bien
este mecanismo; su éxito en la práctica
política está a la vista, y la opinión pública
renueva su vigencia. Hay un placer, pareciera,
en esa complicidad necesaria; en sentirse
engañado, en descubrir el engaño y negarse a
aceptarlo. Esperamos más ¿Hasta dónde
llegará? ¿siempre mintieron? ¿era todo un
engaño?

Al comprobarlo, el engañado piensa: No me
engañan más, no lo voto más. Pero el engaño
se ha consumado con éxito, y no habrá condena
real, ni moral, ni social y los engañados olvidarán
el engaño y a su autor, para adoptar uno nuevo
que hablará del cambio, de la nueva política, del
futuro, oportunidades, reconversiones y otros
excesos verbales. La lengua es dinámica y en
continua evolución, se renueva, siempre aparecen
nuevos términos para adoptar, y adaptarnos a la
nueva realidad -la realidad es cambiante, y
siempre genera oportunidades para emprender
nuevos engaños-

No nos engañemos:  nadie quiere volver al pasado;
la Historia contiene demasiada violencia, corrupción
y engaño. Hay que despegarse y mirar para adelante:
cada uno frente a su pantalla, ahí está todo lo que
se necesita, es cuestión de buscar y seleccionar
una opción: hay sexo explícito para todxs los gustxs.



martes, 27 de febrero de 2018

El poema y el Otro

(Ricardo Mansoler)



El poema de uno empieza
donde termina el poema
del otro.

Es más fácil hacer poemas de otros
que hacer uno de uno, por eso hay
más de aquellos (yo tengo muchos
poemas de otros)

El poema de uno, hay que buscarlo
con paciencia, entre los otros:
A veces no aparece nunca, o bien,
solemos creer que es uno, pero era
otro. No es fácil identificarlo:
No siempre uno se reconoce en lo
propio, y el poema de uno logra
pasar desapercibido para algunos,
hasta que viene otro y lo advierte:
Sólo entonces uno reconoce, y puede
reconocerse en el poema, o no.

No es tarea fácil para nadie
reconocerse a sí, dando por seguro
que es ese y no otro, su poema:
A veces no es ninguno, no hay certeza,
y nos inclinamos a creer que siempre
es otro el verdadero, el genuino, el que
hace la diferencia (hay que diferenciar
entre lo propio y lo adquirido)

El poema de uno, empieza donde
termina el poema del otro.

Puede no terminar de aparecer, no
llegar a buen término y también
no aparecer, pero cuando lo hace
está siempre rodeado de otros.

miércoles, 31 de enero de 2018

Dialéctica y evolución


(Abel A. Borda) 



La misma evolución, nos hizo adoptar
la posición vertical
y la propiedad horizontal.

Sin contradicción no hay evolución.
La libertad no es una opción posible,
no podemos rechazar la evolución.
Estamos condicionados por patrones genéticos,
leyes naturales, condiciones históricas, sistemas
económicos y leyes artificiales.
Estamos condicionados por el mandato evolutivo:
no decidimos hacia donde vamos, somos una
especie nueva, en conflicto con la naturaleza
y consigo misma, que apuesta a la expansión
y al desarrollo indefinido y a la satisfacción
excesiva, como expresión superadora de su
propio impulso evolutivo.

La evolución, es ajena a la voluntad individual,
pero desarrolla voluntades diversas y aspiraciones
encontradas: La contradicción, el conflicto, son
el alimento de la evolución.

¿No tiene fin la evolución? No parece, y si lo
hubiera lo ignoramos. Pero sabemos que no puede
detenerse, no descansa. Nuestra historia es breve
pero intensa. Debemos aprovechar la experiencia
acumulada como especie para poder adaptarnos
a las condiciones del porvenir; quien no se adapte
no tendrá futuro (advierten las autoridades)

La propia evolución histórica, dará cuenta de los
inadaptados, suprimiendo aquellos elementos
faltos de aptitud para adaptarse e integrarse
a las nuevas condiciones del mundo.

La contradicción: Sin ellos no hay contradicción
y sin ésta no hay evolución. 



martes, 30 de enero de 2018

La humildad, condición poética.


(Ricardo Mansoler)



Nadie más humilde que un poeta,
escribía el poeta J.C.

Los verdaderos poetas, son reacios
a reconocerse como tales ¿cuestión
de humildad?

“Un poeta está siempre ocupado
por el enemigo, y resiste. Esta
resistencia clandestina es la base
de su trabajo”

El trabajo de resistir; esta idea aparece
en otros poetas conocidos: la poesía
es resistencia al tiempo, a la utilidad,
y a otros mandatos biológicos, sociales
o económicos. Resistencia al sistema
del lenguaje y su función primaria y
oficial, resistencia a la autoridad y al
orden… Hay mucho que resistir para
pretenderse poeta; el enemigo es plural
y el poeta está solo.

Hay poetas pretendidos, y hay pretendientes,
aspirantes y paseantes: casi todo el mundo
en algún momento hace una pasantía por la
poesía, se acercan con la curiosidad del turista.

(Todos fuimos turistas alguna vez, hay quien
nunca deja de serlo, e incluso quien cree
que es la única condición que no se puede
abandonar.
Hay, también, los que viven del turismo,
empresas de turismo, y hasta estados
cuya única industria es el turismo. Pero
es una industria fluctuante, los turistas
van y vienen, en busca de nuevas experiencias,
quieren la novedad, creen que siempre hay
algo mejor por conocer. El turista es, por
naturaleza, optimista)

Pero el verdadero poeta, resiste los embates
del turismo, del optimismo y del oportunismo
y de todo aquello que altere o contamine
su verdadera ocupación.

El poeta vive en estado de ocupación:
está siempre ocupado por el enemigo…

El trabajo de resistir; hay que ser humilde
para subsistir con un trabajo no remunerado,
ni reconocido y continuar ofreciendo resistencia.
Nadie más humilde que un poeta.

Hay poetas tan humildes que no escriben
casi nada: no creen merecer la atención
de otro lector, de uno verdadero: “Es preciso
ser muy humilde para leer un poema y no
combatirlo como a un enemigo”

Hay poetas, que ostentando una humildad
extrema -acaso excesiva- no escriben nada:
ante el impulso de tomar la pluma, vacilan:
ésto que estoy por hacer, podría hacerlo
cualquier otro ¿quién soy para arrogarme
el derecho a protagonizar esta función, por
demás dudosa?

Sólo este grado superior de la humildad
explica al poeta que sólo escribió:

Con humildad, me reconozco el más
humilde de todos.





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