(Esther Miño)
Tu eres lo más lindo de mi vida
aunque yo no te lo diga
aunque yo no te lo diga...
Pero lo está diciendo y repitiendo
¿La contradicción es un recurso natural
para un “artista” popular?
El adjetivo lindo es de los más pobres
¿qué es lo lindo? Cualquier cosa puede
serlo: un paisaje, una uña, un nombre,
un juego o un insecto. Como adjetivo,
no define nada y sólo expresa una percepción
tan subjetiva como banal.
La pobreza retórica tal vez nos acerca a lo
popular…
Yo quisiera que sepas, que nunca quise así,
que mi vida comienza cuando te conocí:
No existía, era un zombie: Un hombre sin
historia, sin tiempo y sin memoria como el
hombre suburbano de Pappo.
¿Debería una mujer sentirse halagada o
inclinada a algún tipo de pasión por algo
como eso, una identidad tan dudosa como
carente de historia?
¿Qué quieren las mujeres? Se preguntaba
Freud después de años de estudiarlas, sin
encontrar respuesta.
Tal vez quieren eso, un zombie, o algo
replicable como una melodía fácil y
pegadiza o pegajosa.
II
Hay que respetar la carrera exitosa
de alguien que supo expresar el sentir popular.
De origen humilde, pero armado de fe y
convencido de haber nacido para cantar
(aunque muchos no compartieran su creencia)
No se puede complacer a todo el mundo,
aunque la música complaciente siempre rindió
sus frutos.
Yo canto porque me gusta, confesaba sin pudor
y sin rendirse. Y hasta se animaba a aconsejar
a otros jóvenes que andaban por ahí, con su
guitarra por la ciudad en busca de oportunidades,
tomándose a sí mismo como ejemplo a seguir
para alcanzar el éxito:
Cantale a las cosas buenas, todo lo malo
dejalo atrás…
(Estaba seguro, atrás tenía el respaldo de las Fuerzas
Armadas, que en premio a sus servicios lo convirtieron
en actor, empresario y productor cinematográfico)
Su fórmula era simple, lo suyo era claro y sencillo
como la vida misma… Le cantaba a las cosas buenas:
al amor, al corazón contento, a la alegría y la felicidad y a las flores en general.
con versos simples y la fe del converso (Sabía como
reconvertirse y adaptar su fe a gobiernos militares o
populares)
Aunque su imagen y la expresión de su rostro parecían
desmentirlo y reflejar lo contrario: eran las de alguien
sufrido, amargo y triste.
Pero la fe todo lo puede, y a él no le faltaba.
La contradicción, luego, también puede ser
un sentimiento popular.
¿Qué quiere el pueblo?
¿Qué significan la alegría popular y las pasiones
que desata?
Los sentimientos populares, son inexplicables,
como todos, pero no hay que darle muchas
vueltas: son lindos y vitales
como una contradicción.
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