(Nicasio Uranio)
Defendamos nuestros mares,
reclaman algunos trasnochados
y activistas de organizaciones sospechosas.
Como si el mar fuera una criatura indefensa
¿Ignoran cuántas vidas de navegantes y
tripulaciones completas se ha cobrado el
mar a lo largo de su historia?
Mejor no meterse, él sabe defenderse solo.
Cuidemos nuestros océanos, predican estos
militantes de la fantasía ¿Cómo pretender
tal sentimiento de propiedad con el océano,
cuando la mayoría de nosotros no es dueña
ni de una baldosa?
No parece muy sensato ir a buscar el sentido
de pertenencia en ningún océano.
El argumento de que hay especies que amenazan
extinguirse por los cambios producidos en las
condiciones de producción del agua, como
consecuencia de la actividad humana, no son
menos pueriles.
:
¿Cuándo no hubo especies extinguiéndose, o
en peligro de extinción? La vida es un continuo
desafío, siempre lo fue, y el peligro es tan
constitutivo como el agua.
¿Que aumentan las extinciones y se acelera el
ritmo? Sí, y habría que preguntarse ¿Cuándo
los ritmos no se aceleraron?
Hay que entender y aceptar que es parte de la
evolución, y algún día también nos tocará a
nosotros (Dios no lo permita)
Por lo demás, resulta absurdo pensar en un
océano muerto, y percibirlo como algo
inquietante.
Podrá no haber peces, moluscos y toda esa
fauna primitiva que cunde en las profundidades
salobres, pero el mar no perderá la vitalidad
de sus olas y rompientes, como para no poder
seguir surfeando y disfrutando denuestros
deportes náuticos.
No hay que marearse, ni dejarse marear
por estos fantasiosos que sólo saben delirar,
conspirar y crear confusión en la opinión
pública. Es para sospechar...
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