(Rolando Doorland)
El colapso del futuro
no alteró las funciones del poema,
cargado de raíces tan dignas de
su historia como vos.
El propio cuerpo del poema
se plegaba al movimiento compartido
de todos los miembros, plenos y
semiplenos.
Compartimos un plano. La adaptación
siempre fue algo natural a las especies
orgánicas, expresadas en cuerpos.
Lo primordial es la función:
reconocer los límites probados
y los riesgos incubados.
En este plano, hay cosas que no
podemos negociar, por ahora.
El negocio divino floreció,
generando expectativas e inversiones.
La función no se negocia:
Se desconoce el fin, pero el conocimiento
es algo que se obtiene, accediendo al
futuro. Venimos a obtener.
El poema se reconoce funcional
y se despliega en tiempo y forma
ofreciendo su frutuo descompuesto.
Sirvámonos,
servite.
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