(Ricardo Mansoler)
Rebasaba amor por los cuatro
costados, supuraba un amor
que superaba la palabra amor
y todas las subalternas.
Pero no era un poema de amor,
-si hubiera tal cosa- tal vez ni
era un poema, aunque tampoco
lo contrario.
Como no estaba claro lo que era
cada cual lo tomaba como lo que
creía que era, aunque no fuese:
Como el amor.
Algunos se identificaban, acaso
sólo por amor a esa ambigüedad
que ofrece la incertidumbre.
II
Hay una idea de lo que es, o debiera
ser un poema; no más que eso.
Menos se sabe del amor, aunque es
común que aspiremos a conocerlo,
en alguna de sus formas.
Solo que no podemos definirlo.
Lo que no se puede definir, es
porque no se conoce: le dijo
Engels a Dios.
III
Significa que no hay poemas de amor
ni puede haberlos: Mal podríamos
hacer algo con un material desconocido.
Lo único susceptible de hacerse con un
material dudoso o desconocido, son
poemas.
Más o menos ambiguos y vacilantes,
e ir aproximándonos con preguntas:
¿es materia el amor?
¿es sólo una propiedad de la materia
altamente organizada?
¿Habría que organizarse más para
entenderlo? ¿O animarse a salir de la
materia? ¿es materia?
¿O es, por el contrario, algo que la excede
como la fe?
¿Será otro de nuestros excesos?
Entre tanto lo averigüemos, sólo habrá
que seguir esta dirección dudosa,
hasta dar con la definición definitiva
que lo resuelva todo:
El amor todo lo puede,
rezará el primer poema
de amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario