(Ricardo Mansoler)
El espejo es algo que merece
ser superado.
Una vez superado, ni lo miramos
ni nos mira: no hace falta.
Hasta tanto, conviene renovarlo
periódicamente; sus prestaciones
declinan, no podemos mirarnos
siempre en el mismo espejo:
Aquello que promete demasiada
fidelidad o exactitud, no es para
confiar (menos aún, cuando lo
que ofrece es sólo una inversión)
No soy de confiar mucho, y menos
de ilusionarme con inversiones.
La ilusión es algo que debe ser
superado, aunque no lo merezca.
No confío en espejos.
Éste tiene algunos años, no importa
cuántos; ya casi ni nos miramos.
La última vez que lo observé, al
pasar, se veía fláccido, sin actitud,
disfuncional, desdibujado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario