(Amílcar Ámbanos)
La palabra irrelevante
circula sin dificultad.
Hay que aprender a elaborar
un buen discurso irrelevante
para cosechar adhesiones.
Todos necesitamos adherir
a algo, somos solidarios con
la naturaleza adhesiva, y si
además es agresiva, mejor.
El perfil de una personalidad
agresiva y penetrante, siempre
despierta interés y recibe adhesiones:
Somos adherentes y busamos líderes.
Necesitamos adherir a algo
para no asumir la soledad ontológica.
No está solo quien adhiere,
y no estará solo quien adhiera
a esta consigna.
II
La palabra irrelevante es una oportunidad:
somos seres sociales por naturaleza, sólo
necesitamos oportunidades para desarrollar.
Somos sociales, banales, oportunistas y
profundamente irrelevantes.
La palabra irrelevante, tiene mucho por
revelarnos: Si la observamos con empatía
podemos integrarnos, disfrutar el viaje
compartido y acceder a todo tipo de
sensaciones autoadhesivas, más o menos
irrelevantes.
Entablar relaciones irrelevantes
es lo más seguro: Nadie pierde nada
(no hay mucho que perder)
Yo fracasé como aspirante,
pero me uní a un colectivo
de aspirantes fracasados
donde gozamos compartiendo
con éxito nuestros poemas
irrelevantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario