(Ricardo Mansoler)
Sueña que se desvela,
y enciende una vela.
La vela es como un faro:
lo orienta y lo mantiene
en vela.
El sueño sigue su curso
como todo sueño:
A bordo, el desvelado
comparte la vacilación
de su velamen.
No se inquieta.
Ve la luz emanada por
su vela, bajo el velo
del sueño:
El sueño reparador
que toda alma merece.
Hasta que esa vela se consuma
y el sueño acabe, como acaban
todos.
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