domingo, 8 de mayo de 2022

Como moscas

 

(Ricardo Mansoler)

 

Gozamos de 17 millones de moscas

por cada mortal de los nuestros.


Gozar es un decir, admitiendo que muchos

podríamos no gozar tal compañía

y en ese caso, sería un goce involuntario,

con lo que no se cumpliría en plenitud

la propiedad del goce, según su condición

semántica.


Podríamos reemplazar el verbo:

Disponemos de 17 millones de moscas,

como para que cada cual disponga a gusto.


Las moscas no se alterarían por el cambio,

y seguirían gozando de sus funciones.

Pero no, no es demasiado preciso

el número: Los promedios son siempre

engañosos, y hay una buena parte de la

opinión pública que habita en zonas frías,

hostiles a los hábitos del múscido.


Luego, la cifra disponible para quienes

gozamos de su presencia, sea o no

verificable el goce, es sensiblemente

mayor:


Podrían ser 30 millones, o 40: casi la

población argentina…

Ignoramos cuantas moscas dispone

el argentino medio. Los argentinos

ignoramos muchas cosas, además de esa,

y así nos va…


Alguien que ignoro, creo que extranjero,

descubrió el anagrama de argentinos: ignorantes.

Lo conocí por Borges, que solía citarlo.


(Hay quienes gozan con estos juegos pueriles,

tal vez por la incapacidad de gozar

de sus moscas, o como ellas)



II

Volviendo a las moscas (siempre vuelven,

son una presencia recurrente) el problema

de la superpoblación es bastante antiguo:


Tal vez no sea correcto el término, ya que

no sabemos cuantas necesitamos ni cual

sería la cantidad razonable, libre de excesos.

Sí sabemos que son necesarias, cumplen

funciones útiles para el equilibrio

ecológico y son parte de la cadena

alimentaria.

Sabemos, también, que son mucho más

antiguas que nosotros y muchas más.


Hubo un momento histórico, que todos

conocemos, aunque en forma parcial.


Esto es, el Gran Diluvio Universal

y el Arca salvadora donde Noé,

cumpliendo la orden emanada por

su Creador, dispuso parejas de todas las

especies que merecían ser salvadas.

 


III

Como es natural, no faltaron las moscas.

No sólo no faltaron, sino que en el curso

de la navegación y al ir sumando jornadas

(días, semanas, meses, años: no hay

certeza sobre la duración de la travesía)

comenzaron a arreciar y reproducirse

las quejas de los pasajeros y tripulación

por la presencia excesiva de estas criaturas

divinas: Había muchas moscas,

con la consabida molestia que ocasionan

entre quienes no suelen gozar con esa

presencia.

Con el agravante de que no paraban de

reproducirse.


Había una explicación bastante sensata

y razonable (El Hacedor no suele cometer

errores) aunque no todos se mostraron

dispuestos a entender razones y aceptar:


Hay 160.000 especies de moscas,

no hubiera sido justo discriminar.

Estaban todas.


Como todos sabemos

(aunque es probable que no toda

esa diversidad a bordo lo supiera:

en aquellos tiempos no se contaba

con mucha información)

las moscas practican la poliandria,

es decir que una hembra requiere

la atención de varios machos, para

mantener los niveles de calidad genética

y obtener los recursos para una

reproducción sustentable de la especie.

El Ojo del Supremo y Su Plan Divino

no podían soslayarlo.


Por otra parte, no cuesta mucho imaginar

la dificultad, en aquellas condiciones de

hacinamiento y precariedad, para establecer

un control eficaz de la promiscuidad entre

especies.

 


IV

Sabemos que la mosca es pegajosa,

socialmente amigable, perseverante

y dada al cultivo de la disipasión,

la promiscuidad y los bajos instintos:


No se ocultan para tener sexo,

pueden hacerlo en el aire y

lo practican con sospechosa asiduidad.


No les fue mal:

Acaso ignoren que gozamos de 17 millones

de ellas por cada mortal de los nuestros,

pero si bien mueren como moscas permanecen,

a diferencia de otras especies más desarrolladas,

ajenas al peligro de extinción y se siguen

multiplicando sin contratiempos.


Es posible, incluso, que gocen más que nosotros

(No es para envidiar, nadie en su sano juicio

aspiraría a gozar como un insecto.

Salvo un insecto)


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