(Ricardo Mansoler)
La escarapela es cara,
pero no tanto: es más caro
un escalpelo o un metrónomo.
Un metro de escarapela
rinde bastante más que otros
(Un metro siempre es un metro
pero lo que cuenta no es la medida
sino el valor de lo que se mida:
Todo valor es algo mensurable. Pero
los valores cambian en el tiempo,
a diferencia de la medida)
II
Una escarapela no es tan cara
en comparación a otros bienes,
considerando lo que significa:
Un objeto, una mercancía, un símbolo
que nos identifica y nos sirve para
identificarnos y, como si fuera poco,
es reutilizable: Podemos utilizar la
misma escarapela hasta perder la vida,
si el material es noble y el patriotismo
aguanta.
Además, se puede heredar o dejar en
herencia escarapelas, como se heredan
títulos nobiliarios, medallas de guerra
o ganadas en campeonatos de truco,
colecciones de estampillas, monedas,
bibliotecas.
III
La escarapela no pasa de moda, salvo
que la nación colapse o vuelva a ser
conquistada por el enemigo externo
(la colonización suele ser más respetuosa
con las escarapelas)
En tales casos, sólo se trataría de un cambio
de colores, y seguiría habiendo escarapelas.
IV
La escarapela no es cara,
es más cara una máscara.
Y es lógico, tiene mayor costo de mano de obra
y también más funciones: sirve para ocultarse,
enmascararse y confundir al enemigo.
Aunque la escarapela también sirve para
confundir: el enemigo puede, sin impedimento
alguno, vestir nuestra misma escarapela.
V
La escarapela, al cabo, es uno de los bienes
menos caros, en relación a sus propiedades,
prestaciones y utilidades:
Sirve para producir unidad, reconocer y
compartir el sentido de pertenencia
y aceptar que suba el costo de la vida.
Luego, el costo de producción de cualquier
escarapela es fácil de amortizar: Un metro
de escarapela rinde bastante más que otros.
Por último, podemos ahorrar y producirla
en casa con algún retazo de telas viejas.
Hay escarapelas suficientes como para que
todos celebremos el día de la escarapela.
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