lunes, 6 de junio de 2022

Lasim El Oscuro: Oración y Salmo

 

(Asensio Escalante)

 

Lasim, el Oscuro, ensalzaba la ataraxia,

proscribía la sal y aconsejaba a sus

discípulos:


Elévate, más no te detengas en lo alto;

ni en la montaña enorme de sermones

ni en el salmo del salmón.


Mucho menos en la salmodia irrepetible

del abismo.


Veo restos de sal en tu misal, dijo Lasim.

Sé tu mismo sin mesura

y procura que nada sea lo mismo,

cuando sales y entras.


No te quejes del esqueje que no brota.

No rezongues ni reces: no resarce.


Rezar no cuesta nada y poco ofrece,

compruébalo tu mismo,

aunque nadie te bautice y la sal muera.



II

El mundo es vasto y es finito:

Hay sal, hay cal y hay adjetivos

alcalinos. Hay calorías suficientes

para consumar toda necesidad y

emprender cualquier acción innecesaria.


Hay suficiente sal para un ejército

de desertores arrepentidos.


No te arrepientas de ningún pecado

antes de cometerlo: es tan inútil

como hacerlo después.



III

Hoy hablamos de sal:

La sal no pica ni salpica,

pero seca a aquel mortal

hecho de agua: el caracol

y la babosa son ejemplos.


La sal sabe bien: seduce, envicia,

más no avisa; su acción es silenciosa

y el comensal incauto la padece:

eleva su presión sin compasión.

Toda pasión se paga.


IV

La sal no vale mucho,

aunque alguna vez fue moneda

de cambio, y era atesorada

como el oro.


(Oramos por la sal)


Hoy sabemos que hay sales

de distintas calidades y procedencias.

Pero la sal no falta en ninguna mesa,

gracias a la Evolución.


(Elevamos una oración a la Evolución)


Hay sal hasta en la lágrima silvestre

del ahogado, en lágrimas de amor

o pena por herir a la cebolla.


Si algo sobra en las salobres aguas

de océanos y mares, eso es la sal.


(Los más exigentes prefieren la sal

del Himalaya, más pura, beneficiosa

y baja en sodio. Pero su precio es alto:

Hay que subir a buscarla, algo costoso

y trabajoso. Todos descendemos, pero

pocos pueden elevarse)


V

Hay sal en el sudor que bendice la frente

del trabajador genérico, como en aquellas

ingles trabajadas por el ocio insano que

evoluciona en vicio.


(Elevamos una oración al trabajo

de esas glándulas)


Que la sal no salpique al pescador

ni a su rebaño de pecadores que

abusan de la paronomasia.


Un baño de sales purifica al comensal

y despierta el apetito por lo diminutivo.


Pero lo que más purifica es el ayuno,

como todos sabemos:


Cuando la evolución nos permita

superar este metabolismo material

seremos completamente puros.


(Una oración adicional a todos

los aditivos permitidos

que producen adicción)



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Licencia Creative Commons
http/:Demolicionyobranueva.blogspot.com por José Luis Greco se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
Basada en una obra en Demolicionyobranueva.blogspot.com.
Permisos que vayan más allá de lo cubierto por esta licencia pueden encontrarse en Demolicionyobranueva.blogspot.com.