(Tomás Mercante)
¿Cuántos animales pueden entrar
en un poema? Uno es bastante,
pero depende, en parte, del tamaño
y de la capacidad instalada.
Los animales no se desaniman
con frecuencia, casi todos son más
dúctiles que uno:
entran y salen de cualquier lugar sin
imponer condiciones ni afectar la
función poética.
Algunos son más poéticos que otros,
pero cualquier animal que pasa
por ahí le agrega vida
al poema, si tuviera alguna.
Son tan útiles como indiferentes
a la utilidad que prestan, ofrecen,
entregan, arrojan o producen.
El volumen animado que circula
dentro del poema, confiere fluidez
a sus sentidos vitales y agrega valor,
si hubiera algo semejante.
II
Rebobinando: la producción poética,
como la bovina, ovina, porcina o
aviar requieren sus recursos (aunque
el consumidor final perciba como algo
natural al producto acabado)
Por último, animales muertos
también son útiles para producir sentido
y revitalizar al poema que vacila:
La muerte siempre tiene algo que decir,
sigue siendo un sujeto valorado en la
producción poética, y constituye un
recurso renovable como abono.
Todos los metabolismos viven de otros,
como los poemas, y en ambos casos no
está dicha la última palabra.
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