(Ricardo Mansoler)
En Ontario nunca hubo un tirano,
me contó un notario natural
de Ontario.
En Ontario, nunca hubo un tirano;
si lo hubiera, tendría los días contados,
se jactan los ontarianos sanos.
En Ontario nunca hubo tiranos:
Los ontarianos confían en su historia
y en sus recursos sanitarios.
Aseguran que en Ontario
nunca hubo originarios
ni conflicto: Somos gente de paz,
rechazamos la violencia; de haber
encontrado signos de violencia,
hubiéramos seguido otro itinerario.
Por el contrario, en Ontario no hay
nadie con prontuario, y casi no quedan
centros carcelarios.
Estamos tranquilos en Ontario,
sabemos ser un lugar seguro
para víctimas y victimarios.
La vida es cara en Ontario, pero
gozamos de los mejores salarios.
En Ontario hay libertad, respetamos
todas las creencias religiosas y profanas,
aún las más dudosas.
En Ontario nunca hubo un tirano,
por el contrario: somos abiertos
a las sectas, pero no sectarios.
En Ontario no hay censura: Todas las
voces tienen derecho a pronunciarse
en libertad, si bien se sabe que todos
los varones somos barítonos en Ontario.
Los ontarianos sabemos reciclarnos.
Acá nadie tira nada, se aprovecha todo.
No hace falta un tirano que nos una:
Los ontarianos tiramos para el mismo
lado. Y vamos tirando.
Puede que haya habido algún tiranosaurio
en el pasado de Ontario, pero nunca hubo
un tirano autoritario.
En Ontario no negamos nada
mas que lo necesario:
Nunca hubo negacionismo
y tampoco originarios, hay consenso:
no creemos que sean necesarios.
En Ontario hay libertad de cultos,
cada quien con su incensario:
Hay doctrinarios, trinitarios, tributarios
y supernumerarios y todos marchamos
juntos a celebrar el día del Orgullo
Binario (aunque estamos abiertos a
todo lo contrario)
No hay comentarios:
Publicar un comentario