(Aquino Lamas)
Es tiempo de copiar,
abrevar en lo copioso y caudaloso
que circula en todos los sentidos
con argumentos más que suficientes.
Es tiempo de reproducir,
expiar las culpas acopiadas
provenientes del pasado
y aceptar la deuda epistémica
recibida, incorporarla al pasivo
del presente y hacer lo propio.
Es tiempo de reproducirse
sin otro sentido: siempre hay algo
que reproducir, lo merezca o no.
La voluntad es intensa
y todas las tensiones resuelven
en un punto (los puntos son copiosos,
pero casi todos son copias)
Apuntamos al acopio y a la réplica
metódica, automática y sistémica:
Una buena copia puede superar el
valor de cualquier original:
El éxito radica en saber copiar.
Si reproducimos la experiencia de los
que supieron atesorar acumulaciones
extraordinarias, el éxito está asegurado.
No somos originales: es tiempo de
asumir los riesgos necesarios para
el progreso del acopio.
El tiempo no tiene Historia -copio
y pego- a diferencia del sujeto, que
depende del acopio y la memoria,
para sostener el desarrollo del apego.
Pego y copio en indistinto orden
asumiendo cada riesgo como propio,
en el nombre del acopio y del exceso:
ésto también es parte del progreso.
Hay conciencia: entre emitir e imitar
no hay mucha diferencia.
Las experiencias se acumulan, y la
experiencia de copiar es casi ilimitada:
No hay casi nada que no pueda ser copiado.
La reproducción nos une, sólo nos
diferencia el volumen acopiado.
No necesito citar ni ser citado, pero
sé apreciar la diferencia entre una buena
cita apócrifa y una dudosa.
Es ocioso recordar: la cita es una forma
superior del copiado y la repetición,
pero no cualquiera cita; hay que tener
un buen acopio en la memoria.
Citar es apropiarse de la excitación
del otro, e incorporar el éxito ajeno
como propio para reciclar las virtudes
que emanan del acopio.
Hay copia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario