(Asensio Escalante)
Todo medra, sin que las
funciones se desmadren.
El verbo representar
podría tender al infinito,
como cualquier infinitivo.
Un verbo no define al sujeto
pero su presencia es vital en
casi toda definición.
Definido el objeto, no todo
medra: algunos verbos necesitan
un sujeto preciso para funcionar.
Algunos medran con la confusión,
agitan banderas dudosas
sin levantar sospechas:
El sujeto puede sospechar de todo
lo que se agita y dudar de todas las
banderas. Puede embanderarse con
los que conspiran y esperar.
Otros medran con conspiraciones
ajenas.
El sujeto merodea sus verbos, vacila,
prueba y selecciona el más funcional
para representarse al presente.
El presente es de los que supieron
medrar y no tendría por qué levantar
sospechas.
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