(Ricardo Mansoler)
Perdí el rumbo
pero mantengo el ritmo.
No me quejo, hubiera sido
peor lo inverso.
La vida es movimiento
y poco más: es ritmo
que articula los tiempos,
fuertes y débiles, para que
fluya la armonía.
El ritmo no se negocia,
sólo los débiles negocian.
Se puede adoptar un rumbo
u otro, a lo largo de la vida,
sin que nada sea seguro:
Cambiamos todo el tiempo,
la vida es movimiento.
No pasa lo mismo con el ritmo,
que es uno y diviso: se mantiene
con sólo repetir.
Perdí el rumbo pero mantengo
el ritmo, estoy en él y me contiene.
¿Quién sabe adónde llegará, adónde
llevará este ritmo?
El ritmo puede llevar a cualquier parte;
a todas e incluso a ninguna:
La aventura de repetir.
(Un poema puede perder el rumbo,
o carecer perfectamente y llegar a
destino, con un ritmo que lo salve)
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