(Periferio Gómara)
Podía profundizar
pero prefería la periferia:
Ese plano en que todo se
conecta con naturalidad,
se comparte:
compartir y competir
son funciones naturales
de los verbos.
Nadie inventa nada que no
pueda compartirse.
Compartimos la necesidad de
competir, y algunas otras.
Por fuera del dominio de la necesidad,
está la vocación; algunas son más útiles
pero ninguna es del todo inútil: sirven
para determinar en qué plano se desea
competir.
Hay cierta libertad, existe una diversidad
de inclinaciones disponibles, según las
condiciones propias del elector.
(Puede haber competencia interna, entre
opciones posibles a tomar, de acuerdo a
la inclinación natural. Suele imponerse
la más útil)
Gozamos de libertad para elegir hacia
donde inclinarnos: Hay libertad de
inclinación.
Yo nunca inventé nada:
“Los hombres no inventan nada sin que las
circunstancias los obliguen”
Nunca tuve necesidad de verme obligado.
II
Compartir y competir son funciones naturales:
Al hablar, escribir, pensar, elegimos las palabras
que convienen, según sus prestaciones, después
de hacerlas competir. Elegimos las más útiles.
La competencia nos resulta natural
porque es útil: la utilidad es natural
(La naturaleza nunca dejó de sernos útil)
Avanzada la competencia, se verifica
un incremento de la propia utilidad:
Más allá del resultado, ahora somos
más competitivos, más útiles.
El éxito no se comparte: tiene un costo,
es demasiado trabajoso para compartirlo.
El éxito no es para cualquiera, es natural
que se goce en soledad.
Todo lo demás puede ser compartido
con naturalidad:
es natural la inclinación a compartir; no
estamos solos, y compartimos más de una
necesidad con la competencia.
La utilidad natural de competir está a la
vista: en la Naturaleza todos competimos
contra todos:
es lo que impulsa la evolución.
Los incompetentes sólo pueden
compartir su fracaso.
Podría profundizar, pero preferiría
no hacerlo: No sería de mayor
utilidad.
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