(Absinia Bending)
Se nos van muriendo las mascotas.
Podemos reemplazarlas, a sabiendas
que la pérdida se repetirá a lo largo
de la vida.
¿Vivimos en exceso?
¿O, por el contrario, son ellas las que
no han podido adaptarse a nuestra
necesidad?
¿Quién vive lo suficiente?
Hay cuestiones que nos exceden, el
reemplazo no lo resuelve todo. Hay
preguntas sin respuesta.
Bien sabemos que la vida es un misterio
en condiciones naturales.
¿Acaso su misión en la vida, sea la
de ser mascotas reemplazables?
Mientras nosotros cargamos
con el peso de ser la vanguardia
evolutiva del Orden Natural,
y aspiramos a un mundo mejor
para las futuras generaciones
de mascotas.
Se nos van muriendo…
A veces, por un error de cálculo
ésto se invierte y la mascota
queda librada a su suerte, sin
nadie que la herede o adopte:
Es triste ver una mascota abandonada;
casi tanto como la muerte de la nuestra,
aunque adoptemos otra, y otra…
Se podría evitar adoptando criaturas
longevas, como una tortuga.
Pero es difícil conseguirla: está prohibida
su venta como mascota en los comercios
habilitados. Hay que recurrir al mercado
negro.
Las mascotas son una compañía, pero
la muerte es un problema.
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