(Ermindo A. Renomé)
El plural amplía el horizonte,
contempla todas las posibilidades reales
y futuras: No sabemos qué traerá el futuro.
Hay que estar abierte a todo.
La infancia significa un segmento de la
vida, ya de por sí bastante impreciso:
Del nacimiento a la pubertad, estadío que
se alcanza a edades muy variables, según
el desarrollo individual, sujeto a múltiples
factores.
Aún salvando este detalle, es incorrecto
generalizar en singular:
No hay dos infancias iguales, ni en la misma
familia, aunque nazcan juntos. La infancia
de gemelos no es igual.
Cada historia es distinta, y a la vez única.
El plural comprende en sentido abarcativo
esa diversidad, y legitima todas las opciones
disponibles del sujeto a la hora de autopercibirse.
La evolución abre nuevos caminos, ofrece otras
perspectivas y amplía el horizonte de nuestras
libertades.
El pensamiento, no podía avanzar y evolucionar
encorsetado en modelos binarios.
En un futuro cercano, ya no estaremos hablando
de hombres y mujeres, trabajadoras y trabajadores
o alumnas y alumnos. Estos conceptos acotados
serán parte del pasado.
El colectivo humano comprenderá las infancias,
las pubertades, con criterios más flexibles, y las
diversidades (que incluirán las adulteces y las
vejeces o senilidades)
El modo singular, ya se está haciendo senil.
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