(Dudamel Rambler)
El escapista fue por otra proeza
pero fracasó, ya conocía
el fracaso ¿Será la última vez?
Todo indica que no.
Es reincidente, pero hasta donde
sabemos nunca se resignó.
Los que siguen su carrera, que
son pocos, dicen que hasta ahora
siempre fracasó.
Él lo atribuye a factores ajenos:
la organización, los auspiciantes
o hasta su propio entorno:
Sin contar con las condiciones
adecuadas, todo puede salir mal.
Uno no puede estar en todos los
detalles.
“No me cuidan, sólo les interesa
lo que puedo producir”
E insiste en que es el mejor
en su especialidad. Los otros escapistas
le escapan a la confrontación retórica:
Tal vez lo respetan demasiado, o bien
no lo valoran como competencia pues
lo consideran un fracasado.
La última vez, quedó atrapado en un
cubículo cerrado, a varios metros
bajo el agua del río más contaminado
del mundo (orgullo nacional)
Por suerte era hermético.
Los socorristas no pudieron hacer nada,
se habían demorado un poco, acaso ex
profeso para darle una oportunidad
o escarmentara de una vez.
Pero no se resignó, lo daban por muerto
pero hasta en eso fracasó:
La vocación es más fuerte, nadie escapa.
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