(Aparicio Custom)
Hay optimismo sobre las negociaciones
con la oposición dialoguista, para lograr
la aprobación de un nuevo impuesto:
Se trata del impuesto a la muerte imprevista,
un recurso para resguardar la sustentabilidad
de las cuentas públicas.
Es justo que el Estado reciba una compensación
por todos los gravámenes e impuestos que deja
de percibir con la muerte del desdichado/a/e,
explican los autores del proyecto de ley.
El tributo se cobrará por única vez, y quedarán
exceptuados los difuntos mayores de 85 años,
la nueva edad jubilatoria, ya aprobada con el
consenso de casi todas las fuerzas políticas, al
menos las más representativas.
A partir de esa edad, se considera aceptable el
acceso a una muerte natural.
El diseño de esta obligación tributaria, aseguran
sus autores, contempla una mayor disposición al
cuidado de la calidad de vida y a los hábitos y
prácticas saludables:
Todos los contribuyentes procurarán alcanzar esa
cifra etaria para evitar el pago del impuesto.
Estamos persuadidos que con estas medidas,
estamos contribuyendo a mejorar la salud de
la
población para que todos vivamos más y mejor.
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