(Manuel Lupanares)
No debes creer en la primavera,
es ocioso aferrarse a la promesa
de ilusiones pasajeras y sensaciones
temporales:
Dura un suspiro la primavera,
como la juventud, el deseo y
los amores de estudiante.
No te detengas a estudiarla
como a un insecto disecado.
No colecciones insectos de estación:
No creas en las estaciones
u otros estados dudosos, inestables y
coleccionables.
¿Cuántas primaveras recordás
que valga la pena recordar?
Cuesta hacer memoria en primavera,
pero pronto va a pasar: Dura un suspiro
y no te deja nada, la primavera.
¿Sabés cuánto vale un suspiro primaveral
de éstos?
No hagas ninguna cuenta: Lo mismo que
cualquier otro, la única diferencia es que
te hace estornudar, con todas las porquerías
que pone en el aire gracias a las flores
(para que después no digan que no hablé
de las flores)
Las flores creen en la primavera
y así les va: Duran menos que un
suspiro genérico.
Algunos se alegran y se inspiran
viendo y oliendo cuerpos en flor
cuyo destino es marchitarse, una vez
que estornudamos:
¿Hay alegría en la alergia?
A mi no me gusta suspirar estornudando,
pero respeto otros gustos.
Hay quien recuerda algún pic nic o un amor
de primavera; respeto esos suspiros aunque
no los comparta (hay cosas que no se comparten)
¿Quién no tuvo una prima generosa para
iniciarse en los vaivenes del amor y suspirar
evocando aquellos brotes primaverales?
No es mi caso, pero la primavera es otra cosa:
esa sensación de embriaguez inmotivada, fugaz
como un suspiro que no te deja nada.
Prefiero suspirar en cualuier otra estación,
con toda propiedad y sin ningún motivo.
No creas en la primavera, no la esperes,
no hay mucho que esperar de una estación
de paso, me decía mi prima en un suspiro.
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