(William Arsenio Pereyra)
Mirá esta boquita redondita…
¿Qué te dice?
No la malinterpretes, tal vez no
te diga nada; una boca bien puede
no decir nada.
A veces no hace falta, pero siempre
sugiere; incluso puede ser más
sugestiva ciando no dice ésta boca
es mía y emite un silencio de redonda.
La redondez es más que sugestiva,
se asocia a la perfección: aspiramos
a ella, o al menos a redondear algo.
Todo entra por la boca: Un cuerpo sin
boca no sugiere nada ni atrae a nadie,
mientras que una boca armoniosa y
bien dotada es una oferta jugosa:
Nos hace soslayar al resto del cuerpo
portador. Todo cuerpo es un significante,
pero la boca es más sugestiva que cualquier
otro miembro.
¿Sabés por qué?
Sin boca no hay consumo:
Ahí empieza el metabolismo, que nos hace
más o menos amables, intercambiables y
descartables: Un negocio redondo.
Mirá esta boquita redondita,
sin preconceptos.
¿No te dice nada?
¿Te gusta cuando calla porque está como
ausente?
Es más que sugestiva, no le pidas que
sonría porque no tiene dientes.
¿Para qué los querés? ¿No tenés los tuyos?
Olvidate, ahora hay unos implantes que no
sólo reponen la función, sino que mejoran
cualquier sonrisa nativa o adoptiva.
Es costoso, pero una buena sonrisa
no tiene precio. Una sonrisa vale
más que todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario