miércoles, 31 de agosto de 2022

Copla al poema trunco

 

(Ricardo Mansoler)

 

Todo entimema es político,

algunos son poéticos.


Todo poema es político

aunque no contenga silogismos

ni metáforas.


La política no es sólo un silogismo,

es también metáfora y manejo de

recursos discursivos.


La política no evoluciona, sólo se

adapta a los discursos del poder

y adopta nuevas metáforas.


El poema no necesita una premisa

falsa o verdadera para ser político;

ni argumento necesita, para ser

poema.


Un silogismo trunco, puede aumentar

su condición poética, aceptando esta

premisa ausente: Como la chacarera.


Esta chacarera trunca

nacida de un entimema

seguirá siendo política

como todo poema que se nos cruce,

y cualquier poema bucólico, autóctono,

ontológico, hermético, hermenéutico,

automático o asintomático.


Todo poema es político,

a diferencia de la poética

que es el arte de lo imposible.


lunes, 29 de agosto de 2022

El epifonema y los protocolos

 

(Asensio Escalante)

 

El epifonema estaba ahí, intacto

e íntegro, esperando las condiciones

favorables para entrar en circulación:


Todo puede entrar en alguna circulación,

hay muchas.


Podría ser parte de una lengua antigua,

extinta o aún inexistente: esto último

resulta más probable, ya que es mucho

lo que todavía no existe, según conocemos.


El derecho a la existencia es inalienable

e inopinable: no es posible emitir opinión

de un signo u otro, sobre lo que aún no se

conoce.


Nos estamos conociendo, conocemos

algunos signos.


El epifonema conserva sus propiedades

naturales y artificiales en estado aceptable

y no manifiesta ninguna urgencia ni

deseo de ser puesto en circulación, ni de

ser rescatado de su charco de baba original:


Exista o no, motivo que lo justifique,

el derecho a la existencia parece ser

preexistente a la historia del epifonema

y a todas las historias que circulan.


viernes, 26 de agosto de 2022

Seres de luz puede haber en cualquier parte

 

(Dudamel Rambler)

 

El hombre es una criatura que perfora,

excava, extrae los recursos que necesita

para volver a perforar.


Es el único capaz de perforar la roca

y cualquier suelo, incluso el fondo

del océano.


El único capaz de penetrar lo impenetrable

en su afán de profundizar su necesidad

de penetrar y obtener profundidad.


Animal agresivo y penetrante, se reconoce

único en su especie y dispone los recursos

para arribar a esas profundidades insondables

donde nadie llega, solo él.


Los resultados, no siempre justifican

la empresa, pero ésta puede ser profundizada

hasta obtener lo buscado.


El hombre no sabe lo que busca, pero tiene

urgencia en encontrarlo: es una criatura

inquieta que explora, perfora, emprende

y desarrolla herramientas para penetrar

más hondo.


Luego, necesita combustible para poder

avanzar, profundizar su búsqueda.

Mientras haya combustible posible

seguirá buscando y perforando:


Más abajo está la verdad.

 


II

En su búsqueda afanosa, a veces

encuentra otras cosas:


Al perforar un iceberg en Groenlandia,

algo brilla a pesar del frío.


Un pez baboso biofluorescente lo estaba

esperando, o tal vez no. Esta criatura

extraña y abisal, produce un anticongelante

luminoso para que su sangre no deje de

circular.


Acaso pueda el hombre extraer alguna

utilidad y manipular esa información

genética para su provecho, aumentando

su cociente de penetratividad positiva.


El pez baboso brilla, con la misma

intensidad. No significa que celebre

haber sido descubierto y puesto en

valor por una criatura extraña, que

todo lo perfora y no brilla.


Tampoco, que esté dispuesto a compartir

los beneficios de su baba luminosa.


jueves, 25 de agosto de 2022

Picaporte

 

(Ricardo Mansoler)

 

El ojo del picaporte

me mira por la mirilla.

No hay portero (puerta abierta

para quien aporta) ni vecinos.


Cada vecino confía en su picaporte,

en su puerta y en las vueltas dadas

de su llave.


El picaporte no descansa; siempre

despierto, observa las vueltas de

la vida en circulación.


Me ve llegar, sin novedad

en un abrircerrar sin inmutarse:

sin parpadear, sabe conservar

su lugar.


No importa la hora, me recibe sin

efusión, con la resignación de la

costumbre:


Conoce mis vueltas como un cómplice,

un amigo, un compañero.

Se sabe necesario para el sueño y

la vigilia de mis ojos cansados

de mirar sin ver.


Una lubricación periódica, prolonga

la vida del picaporte y sus partes

íntimas.


El picaporte es un pasaporte

a la seguridad: Confiamos en sus vueltas

y en los movimientos repetitivos.


La seguridad es esencial para el descanso:

Lo único seguro son los sueños.



martes, 23 de agosto de 2022

Orden cerrado

 

(Carlos Inquilino)

 

¿Dónde estaba, soldado?


-Me había perdido en una maniobra,

mi sargento.


Un soldado nunca se pierde, soldado.

¿Qué clase de maniobra?


-Un zafarrancho de maniobra, mi

sargento.


¿Cómo fue que se perdió, soldado?


-Me sentía solo y me alejé un poco,

mi sargento.


Lo siento, el soldado nunca está solo:

Un soldado solo no sirve para nada,

soldado.


-Lo siento, mi sargento.


El soldado no siente, no tiene nada que

sentir, sólo obedecer ¿está claro, soldado?


-Sí, mi sargento.


No está solo quien no quiere estarlo

¿estamos? ¿Quiere estar solo?

Si quiere estar solo tengo un calabozo.


-No, mi sargento.


¿Se siente solo, soldado?


-No, mi sargento.


¡No mienta, soldado! Eso es peor.


-No, mi sargento.


¡Atención!


-¡Atención!


¿Se siente solo, soldado?


-Sí, mi sargento.


Parece que no entendió, el calabozo

lo va a curar.


domingo, 21 de agosto de 2022

El verdadero poema apócrifo

 

(Ricardo Mansoler)

 

¿Cuántas mentiras hacen falta

para producir una verdad?


Se barajan números de cifras.

Cuarenta, según un antiguo

proverbio oriental que cita Girri,

un poeta bastante riguroso como

para ponerlo en duda.


Cuarenta, tal vez suene excesivo,

además, él usa la cita para jugar

con el desarrollo de posibilidades


(El rigor, hasta en los más racionales

de los poetas, es tributario del juego)


Las posibilidades no son infinitas,

pero todo puede ser posible en un

poema; incluso la aparición de una

verdad (aunque nadie la perciba ni

valore como tal)


Es natural, la libertad del ejercicio

poético permite que todo sea posible:

Es poesía, el único lugar donde se

puede decirlo todo, aunque no se

tenga nada que decir.


Los poetas podrían salvar el mundo,

o cambiarlo al menos. Pero no pueden

por el mismo motivo: Nadie toma en

serio a quien es capaz de decir cualquier

cosa.


¿Es cuarenta un número excesivo?

¿Qué diferencia a los números naturales

de los excesivos?


Los poemas nunca dan respuestas,

en el mejor de los casos, agregan

preguntas que casi nunca son nuevas.


¿Qué hay de nuevo?


En verdad poco o nada, pero es necesario

renovar la ilusión. El poema se reconoce

parte del sistema de ilusiones, desde su lugar

insignificante en la cadena de producción.


¿Cuántas verdades surgen de un exceso

simple o compuesto?


¿Cuarenta?


Volviendo a la pregunta inicial,

ésta contiene una falacia, que tal vez

no haya sido detectada por el lector

no iniciado:

Las verdades no se producen, ni se

obtienen. Están y son, más allá del

modo en que uno llegue a ellas y su

posible utilidad.


Las falacias, sin embargo, son un buen

recurso para producir poemas, y otras

cosas mucho peores.


sábado, 20 de agosto de 2022

La evolución del ritmo

 

(Horacio Ruminal)

 

Toda palabra es degradable

por naturaleza, es un compuesto.


Los discursos se componen de palabras

más o menos degradables.


Todos los discursos son degradables,

menos el discurso rítmico, que

mantiene sus valores en el tiempo.


Todos los discursos son parte del

tiempo, que todo lo degrada

con su propio ritmo -no el nuestro-


El ritmo es mucho más antiguo que

la palabra y sus discursos. Pero hay

algunos que todavía no entendemos:


Lleva un tiempo entender, cada uno

tiene su ritmo, y la condición rítmica

no es uniforme: No todos poseemos

el mismo sentido rítmico, ni somos

capaces de desarrollarlo.


(No todo se desarrolla, hay quienes

permanecen toda la vida sin entrar

en ritmo. Lo observan desde afuera)


II

Alguna vez, alguien descubrió que el

ritmo podía agregar valor a los discursos

de palabras: era más fácil repetir y

memorizar.


Los poetas brillaron por algún tiempo,

cultivando el arte de la métrica (contando

sílabas, separando el discurso en forma

arbitraria, distribuyendo acentos según

fórmulas mágicas)


Con la llegada de la escritura,

estas prácticas adquirieron mayor

desarrollo y sofisticación. Hasta

arribar a su declinación.



III

Toda palabra es degradable:

es un compuesto, y todo discurso posee

una vigencia relativa y acotada, incluído

éste.


Fuera del discurso rítmico,

que mantiene sus valores, el poético

es uno de los menos degradables:


No tiene ningún valor que mantener,

no emite utilidad alguna, aunque profese

alguna forma rítmica interesante.


Todos los organismos son compuestos

es decir, en vías de descomponerse:

su único fin.



La descomposición tiene su propio ritmo.

No te quedes afuera.






jueves, 18 de agosto de 2022

ardid

 

(Amílcar Ámbanos)

 

Tengo un ardid

en el ropero.

Está seguro, intacto,

nunca fue usado.


No tengo apuro

en probarlo,

pero confío:


será útil cuando sea necesario.


Tenerlo a buen resguardo

me asegura una parte del

futuro: Nunca se sabe

cuando necesitaremos qué.


Ahora estoy seguro,

mañana no sé, el futuro puede

deparar otras necesidades.


Hay que estar preparado para

todo: tanto lo previsible como lo

imponderable y lo desconocido.


La realidad es cambiante, amorfa

y asonante. Tal vez mañana

sonría la fortuna, o todo arda y

también mi ardid y otros mejores.


Tendría que buscar una coartada

para cuando sea demasiado tarde.



miércoles, 17 de agosto de 2022

La unidad es todo

 

(Tomás Mercante)

 

Me autopercibo único,

por ahora (las percepciones

cambian, están sujetas a estímulos

cambiantes y disímiles)


La realidad es diversa, inestable

y divisible. Conviene avanzar

en unidad (la búsqueda de la

unidad, como de la verdad, puede

llevar un tiempo)


Me reconozco único,

por ahora: Confío en mi percepción

unívoca y centralizada (un centro,

siempre es percibido como algo

ventajoso)


No es poco saberse único,

me repito, y poder avanzar en unidad

en mi monólogo, acaso único

y tal vez poético.


Podría ir más lejos, y avanzar

hacia los lados (ambos únicos)

para agregar valor al afirmar:


Todos somos únicos


(acaso sea la única condición

que nos une)


martes, 16 de agosto de 2022

La pregunta del poema

 

(Asensio Escalante)

 

La pregunta más poética

está por formularse.

Hay otras, el poema puede

servirse de distintas fórmulas

y formas:


Puede servirse solo

o con guarnición de otros como él:

no es un hecho casual ningún poema;

quienquiera que lo hiciera

es reincidente  (aunque escriba siempre

el mismo)


No hay mucho que preguntar

en un poema, pero todo poema

es una pregunta.


No hace falta usar sus signos, la

diversidad de fórmulas multiplica

los medios del paisaje divisible.


No hace falta ir al bosque

para hacer un poema nemoroso.


No hace falta hacer agua para que

el poema fluya, nade y naufrague

en su tinta: basta la memoria.


No hace falta que haya algo que decir

para que sea el poema, quien arriba

entre mares de preguntas que esperan

en la costa.


En la otra orilla, está el poema acabado.

Listo para responder a todas las preguntas

con la misma sonrisa interminable, y un

eco que se burla de todos los naufragios,

aventuras y tripulaciones.


Ningún poema es lo que dice,

ni lo que hace: Puede servirse

de distintas fórmulas y abrevar

en casi todos los elementos conocidos

o en vías de serlo.


El poema, quien lo probó lo sabe,

puede servirse de otros y apropiarse

de todo: su fin lo justifica, aunque no

se lo conozca.


No preguntes al poema por su fin,

podría no tenerlo: El poema es un

camino, es decir una búsqueda, es

decir: una pregunta.


Algunos contemplamos el poema

como un ejercicio, hay otros.


Preguntar es un ejercicio vital.


lunes, 15 de agosto de 2022

Fluídos del alma: sus funciones

 

(Aquino Lamas)

 

Almas linderas sobrenadan aguas

comunes: son las mismas que alumbraron,

orillaron con su luz, efluvios del pasado:

reflejas palideces.


Aguas comunes, opuestas por el vértice

vierten sus desechos solidarios

a ambos lados de la singladura de las

almas maduras.


Un alma soberana, no flota ni se hunde;

sabe ser parte del agua aunque conoce

que no le pertenece.


Almas ajenas vuelven a hacer agua

hasta olvidar lo que fueron:


¿almejas, algas, nadas?



Almas que fueron y volvieron recogiendo

vencimientos y capullos, útiles para abonar

la sombra de los muertos.


La muerte por inversión, se mantiene

a niveles históricos más que aceptables.


Algunas no se rinden, se sumergen

y ganan profundidad en proporción inversa

procurando licuar el pasivo.


El tiempo perdido espera su oportunidad

en las márgenes.


Un alma perdida tiene poco que perder

y nada que invertir: sólo puede nadar.


Pero un alma bien trabajada

no se arremanga ni se inclina:


no se moja buscando otro sentido

ni busca inversiones ajenas,

ni siquiera sabe invertir

en unidad.


sábado, 13 de agosto de 2022

Dador universal

 

(Ricardo Mansoler)

 

No era un dador nativo,

tampoco un receptor acreditado

o reconocido.


No, tampoco era un negado.


Dadores universales abundan,

aunque pocos tributan en la

práctica, la mayoría no ejerce:


Hay dudas alrededor del verbo

dar, más que de recibir. Si bien

todos nos reconocemos dadores

y receptores, o viceversa,

mantenemos la duda con el

participio dado.


Sabemos que el amor es dar y

recibir, a intervalos regulares, y

no mucho más que eso, por lo que

sabemos, que no es mucho.


Suponer que se es fruto del amor,

del deseo, y que al llegar a este mundo

éramos esperados por el amor, o por

alguna de sus formas manifiestas, no

cambia la ecuación:


Hay que dar y recibir, según el caso

y en distinto orden, más allá de la duda

original de cada quien y las maneras

de saldarla.


Hay un saldo, entre lo dado y recibido,

que acaso determine al sujeto positivo.


Dada una pregunta, siempre hay más

de una respuesta.


¿Venimos a preguntar, o a responder a

otras preguntas?


Las oportunidades del verbo dar, son

múltiples: Podemos dar amor, envidia,

miedo, lástima, asco, sangre u otros

fluídos humanos, como seguridad.


Para dar seguridad, hay que estar seguro:

alguien seguro, no sólo da seguridad

sino que es valorado por sus pares menos

seguros y por el sexo opuesto, si lo hubiera.


¿Quién puede estar seguro de ser un buen

padre, madre, hijo, amante, amigo, prójimo

o contribuyente?


Depende del espejo: la calificación variará

en relación al punto de referencia, el valor

surge de la comparación con otros. Habrá

mejores y peores, pero las comparaciones

siempre son odiosas.


Se aprende a dar, como a nadar.

Se empieza a aprender a vivir al dar los

primeros signos, que ya existían.


Se aprende mientras se duda

entre el silencio y la palabra.


Se aprende a dar como a nadar:

unos aprenden rápido, otros nunca

y mueren sin haber nadado nada.


Yo aprendí a nadar siendo niño,

no sé cuanto nadé:

nadaba por arriba y por abajo

del agua. Ahora no nado, hace años,

pero podría hacerlo si lo necesitara:


uno no se olvida de nadar -no son

muchas las cosas que no se olvidan-


jueves, 11 de agosto de 2022

La sopa y el sapo nativo

 

(Senecio Loserman)

 

Hay un sapo en mi sopa.

Ni nada ni se ríe,

sólo reposa en su sopa:

mi sopa.


No sé si tragarlo o sopapearlo,

no sé si extirparlo o expropiarlo,

no sé si conservarlo o negociarlo,

no sé si ajusticiarlo o consumirlo:


No sé, para consumirlo, primero

tendría que procesarlo, cocinarlo

y a la sazón, sazonarlo.


No hirvió, si no estaría muerto

y no lo está: Ni nada ni se ríe,

pero me mira expectante (no

sabe si será tragado o absuelto)


Sólo nos une la sopa,

que ni él ni yo tomamos

por distintas razones.


Pienso: Si este bufónido fuera capaz

de generarme un poco de empatía

podría adoptarlo como mascota…


Pero es un sapo triste, como todos.

¡Qué triste ha de ser saberse sapo!


¡Mozo, hay un sapo en mi sopa!


-Claro, es una sopa de quinoa, a veces

pasa: las saponinas emulsionan, se

condensan y hacen sapos, no es nada.


Son sapos muy sanos, muy valorados

en el mercado; son orgánicos, sin conservantes

ni historia, no hay nada más saludable.

 

Usted es un hombre afortunado


Bueno, envuélvamelo para regalo

y tráigame una sopa de astrágalo.



miércoles, 10 de agosto de 2022

Los ciclos esenciales

 

(Germán Singerman)

 

Lo esencial es invisible a los

hijos, señora. Ellos cumplen

su ciclo de experiencias, por

medio del ensayo y el error,

hasta poder repetir con propiedad.


Observan nuestros límites perplejos,

desde afuera, mientras descartamos

los excesos esenciales.


Todo es susceptible de ser reproducido,

con alguna voluntad o sin ella.


La torpeza no se hereda, tampoco el

talento o la sabiduría; sólo las deudas.


Se gana y se pierde, en distinta medida,

según la suerte y la vocación comercial.

Las dudas se incorporan con el trabajo

que divide.


La separación es necesaria para el

desarrollo individual y la superación:

La vida es este estado que venimos a

superar.


Saber diferenciar lo útil de lo vano

no es virtud, sino experiencia.


No es necesario saber nada para

reproducir algo: reproducirse es

esencial para la continuidad de los ciclos.


Luego, aprender: en invierno hay que

invertir, y esperar la primavera.


Sin inversión, no hay reproducción.


martes, 9 de agosto de 2022

El agonista y su tiempo

 

(Abel A. Borda)

 

El protagonismo es lo de menos,

dijo el agonista sin desmedro

y sin alterar la producción

de endorfinas y otras hormonas

positivas.


Cualquiera puede protagonizar

casi todo, sin saberlo y sin

siquiera proponérselo.


Nunca tuve fe en lo que combatía,

pero a pesar de las dudas, nunca

abandoné mi puesto:


No me moví, ni pienso.

Los movimientos van y vienen.


No es necesario moverse para pensar,

por el contrario: es más difícil

mantener la posición que avanzar

en un sentido u otro.


La vida es resistencia,

las corrientes arrastran al que se

abandona sin oponer resistencia.


Si no rechazara el protagonismo

podría haber sido un buen combatiente

y tampoco estaría aquí.


No soy un luchador, sólo me moviliza

la duda, que carece de valor de cambio

y nunca pretendí imponer a otros.


El centro de la acción, es para los

que necesitan lucirse, atraer miradas,

voluntades y deseos.


Nunca me cegaron las luces del

centro, soy un hombre suburbano

que se reconoce ajeno.


El protagonismo es lo de menos,

la voluntad individual de un animal humano

tiene una trazabilidad equiparable a la de

cualquier gusano.


lunes, 8 de agosto de 2022

El poema formidable

 

(Ricardo Mansoler)

 

Formidable, leí y me detuve,

no sé por qué me impresionó:

hay muchos adjetivos como ese

(aunque cada adjetivo es único

en su forma)


Leía la promoción de una novela,

hecha por su autora. ¿Qué tiene

esta palabra de particular?

Nada, sólo que no creo haberla

usado nunca, como si no fuera parte

de mi vocabulario, como si no me

perteneciera.


No es raro, sentimos que hay palabras

que nos pertenecen más que otras, a

las que no frecuentamos casi nunca.


Formidable, pensé ¿Cómo puede

prescindir tanto tiempo de este adjetivo?


Lo formidable, es que no es difícil de

aplicar: se adapta a cualquier sustantivo

con una eficacia formidable, y un detalle

no menos formidable:  se escribe igual en

nuestra lengua que en inglés.


Un significante con más énfasis que

significado, multipropósito de amplio

espectro, que agrega valor a cualquier

cosa…


Un recurso útil para resaltar las virtudes,

reales o supuestas, de algo o de alguien:

un adjetivo que vende:


Hay que saber venderse, esa es la clave

para convencer al otro del valor de lo que

ofrecemos: El arte del engaño es esencial

para el comercio de la palabra, como para

todo comercio humano.


(Tal vez, todo arte sea tributario del engaño,

aunque no es lo mismo incurrir en él por

amor al arte, que hacerlo con otros fines)


Conocí a alguien formidable…

Este producto es formidable…

¿Cuántas palabras formidables estaré

ignorando, y cuántos objetos y sujetos

formidables pueden haber pasado inadvertidos

por mi vida, que no califica como formidable?


Pensé: hay que estar abierto a todas las

sensaciones que producen o tramitan las

palabras, cuanto más rico el vocabulario,

mayores posibilidades de transmitir alguna

sensación interesante, que justifique la

lectura, aún cuando carezca de todo interés.


Vivimos en un mundo de sensaciones

y promesas (como lo supo entender aquel

cantautor famoso, conocido como Sandro,

el Gitano, que en realidad no era gitano y

se llamaba Roberto, pero seducía e ilusionaba

a todas las jóvenes de entonces con su oferta:

un mundo de sensaciones)


Vuelvo atrás, desde el pleonasmo:

Lo que leía cuando me detuve, era una nota

que promocionaba una novela “ambientada

en esa formidable aventura humana que fue

la Conquista del Desierto”


Curiosa forma de describir un genocidio,

pensé: ¿una metáfora formidable?


Puede que no, pero en una metáfora se acepta

todo; es un recurso retórico para ampliar nuestra

percepción de la realidad. El mundo de las

metáforas es casi infinito, como el de las

sensaciones…


Y cualquier recurso es lícito y válido

cuando se trata de vender:


El fin justifica los medios, piensan los

historiadores que ponderan la campaña del

desierto y suscriben ambas metáforas:


No había desierto, ni hubo conquista.

Y hay otras palabras para contar esa

historia. Pero la Historia está hecha

de metáforas, de las que nadie espera

una verdad.


¿No es formidable?

 

 


sábado, 6 de agosto de 2022

Cifras actualizadas

 

(Onésimo Evans)

 

Los números vencieron,

caducaron ¿colapsaron?


No pregunto cuántos son,

respondería: no cuento con

el tiempo para el conteo

definitivo.


Tengo otras cuentas que llevar.


¿Cuántos vencimientos tienen

lugar hoy?


Hay una cantidad imprecisa

de cifras objetivas, pero todos

los guarismos son moneda de

cambio.


Es difícil ocultar una cifra

abultada, hay que tener paciencia

y esperar la declinación natural,

todo cae, caduca y vence.

 

 

II

Mientras contamos los dígitos

los números cambiaron: hay

que ajustar y actualizar los

códigos.


Hay números exactos y correctos,

hay ciencias naturales y artificiales:

(aquellas son más antiguas, pero

éstas más precisas)


No hace falta enumerar ni precisar

el número de veces que puede

repetirse una voz en un discurso

poético, político, rítmico o apócrifo.


Hay un número copioso de poemas

que circulan o vacilan, en proporción

directa al número de almas que necesitan

editar y emitir las fórmulas que adopta

su vacilación temporal en el espacio.


Todas las fórmulas posibles, existen en

el tiempo y tienen su vencimiento, que

puede extenderse más o menos, dentro

de el orden modesto de nuestra condición

efímera.


Hubo un tiempo, en que algunos filósofos

privilegiaban el reino de los números, como

Pitágoras. Parecía auspicioso pitagorizar

la vida, cultivando la música, los números

y el amor a la Naturaleza como valores

esenciales.


Pero el tiempo no lo acompañó, los valores

declinan, se vencen y son reemplazados.

La música es un arte complejo, los números

son algo tan abstracto como inasible, y el

amor no dura, en condiciones naturales.

 

 

III

El amor a los números puede prevenirse,

como cualquier virus procedente de

ultramar, pero nadie desea quedarse quieto.


Hay un número de estímulos suficiente

para amar el movimiento, incluso el

repetitivo. No confiamos en la estabilidad;

hay que circular, es la única forma de dejar

alguna huella, aunque sea ilusoria, irrisoria

y descartable.


Todos los destinos se cifran en un número,

sólo hay que averiguarlo, antes de su

vencimiento.


Nos enamoramos un número de veces, con

resultados diversos; después ya no.

Si la cifra coincide con la cantidad de

frustraciones, habrá que sospechar de ese

número.


Más allá de la importancia capital de los

números, no conviene aferrarse mucho a

ninguno: Es mejor diversificar la apuesta.


Hay quienes después de recurrentes fracasos

hacen números, y deciden no arriesgar más

e ir a lo seguro: los números no mienten,

verifican y vuelcan su amor en los guarismos.


Es una opción, hay que tener cuidado con los

irracionales, cuyo vencimiento puede exceder

los plazos razonables.

 

 


La evolución por extinción

 

(Horacio Ruminal) 


Un animal que se extingue

se vuelve más poético:

incrementa esa condición

y hasta la adquiere, si en vida

no la supo obtener.


Especies como el minotauro,

el centauro, el dragón o la anfisbena

carecerían del valor poético que

ostentan, si circularan entre nosotros

como un perro, una cucaracha o un

cisticerco.


Hasta el chancho, si se extinguiera

-Dios no lo quiera- podría competir

sin desventaja con la condición poética

de un ruiseñor o una mariposa, por

ejemplo.


No hace falta abundar en ejemplos

para entender que la extinción, produce

o agrega valor poético a cualquier forma

de vida animal, más allá de su tamaño y

atributos estéticos valorables.


Desafortunadamente, el entendimiento

de casi todo animal es bastante limitado,

más allá de la empatía

que puedan generarnos estas criaturas:


Ellos no pueden entender que la extinción

representa una oportunidad de crecimiento,

que no sólo elevará su cotización en el

mercado poético, sino que les permitirá

perdurar a través de generaciones de

poemas, hasta que se extinga el último

de los poetas vivos y colapse el mundo

sensible.


(Tampoco entenderían que la extinción

es una apuesta a futuro y es tendencia)

viernes, 5 de agosto de 2022

El gusano sano y la entropía

 

(Ricardo Mansoler)

 

Sobre un tendal natural

tendí la mesa y extendí

mi sombra de miembro


dispuesto al avistaje de

oportunidades, mientras

buscaba una palabra humana.


Vi arboladuras y gusanos

progresando en paralelo al horizonte.

Velámenes y frutos descartados por

la codicia eréctil, ajena

a la envergadura del anélido.


No hay historia sin reproducción:

se reproduce una parte de la historia,

lo que queda es la basura

de la evolución.


Otra tendencia que pasó:

unas dejan un rumor, o incluso

no dejan nada; otras dejan un tendal.


Pienso en los bosques que contiene

un árbol derribado, pienso en la papa

desterrada y en los nuevos alimentos

para la codicia humana apta para

el consumo.


El gusano me ignora con razón,

con mi memoria superior

no podría arrastrarme como él.


La entropía es invisible, imperceptible y

parece irrefutable entre las leyes físicas

que rigen los cuerpos semirrígidos.


Toda memoria tiende a cero:

toda la información que contiene

el universo, tiende a su propia

destrucción inexorable.


El gusano sigue su camino, indiferente

a las oportunidades del paisaje.


No sabe lo que le espera, aunque no

está solo: El paisaje contiene una buena

diversidad de pájaros, cualquiera de ellos

podría descender y devorarlo, pero también

comen lombrices, pequeños insectos, frutos

de los que defecan las semillas, que brotan

y florecen para que otros frutos maduren,

alimenten a otros, caigan y se pudran,

junto a los restos de otros organismos,

para alimentar nuevas generaciones de

gusanos.


El diseño del Orden Natural es perfecto.

Dios no podría haberlo hecho mejor,

piensa el gusano de la creación.



Mi lapicera colapsó

 

(Epifanio Weber)

 

Mi lapicera colapsó,

ya no es lo que era:

mutó en un cuerpo cavernoso

que no eyacula ni un punto

suspensivo.


Ahora sólo reproduce ecos

de voces que no existen

(aunque todo lo que no existe

tiene abierta alguna posibilidad

de existencia, tal vez efímera y

dudosa pero no menos real:

la realidad es cambiante)


La industria china no es para confiar:

Años comprando la misma lapicera,

acostumbrado a su forma de escribir,

a la presión que demanda y al modo

en que se adapta a mi mano, y de

pronto este abandono silencioso: No

sólo no escribía igual, sino que dejó

de hacerlo.


La apariencia es la misma, pero la lapicera

no. Los chinos son expertos en el arte del

engaño, así acarician el éxito de su

desarrollo engañoso:


Los justifica la cantidad, son muchos;

la cantidad baja los costos y permite

aumentar la producción. Producen tanta

cantidad y bajan los costos para inundar

el mundo, en desmedro de la calidad.



II

No hay mucha opción, no tienen competencia.

Todo lo que se puede comprar, es chino o está

en vías de serlo. Y más vale malo conocido…


Por suerte, junto con los chinos, el desarrollo

trajo la tecnología que hoy disponemos

y nos permite prescindir de estos objetos

anacrónicos, como la lapicera.


La evolución tiene un costo, es sabido, pero

es invalorable poder contar con un teclado

del tamaño de la mano, con el que puede uno

comunicarse con todo el mundo, con un sólo

dedo, sin necesidad de lidiar con papeles y

ensuciarse con distintas tintas (que vaya a

saber de dónde las sacan, para bajar costos)


Sin duda, resulta ventajoso no depender de

estos objetos que siempre hay que reponer

y además, hay que empuñarlos, ocupando

la disponibilidad de la mano y todos sus dedos,

para algo que puede hacer uno solo y con

mejores resultados (¿quién escribe todavía

en cursiva?)


La lapicera colapsó, pero hay que ver el lado

positivo: Todo puede colapsar en este mundo

sensible, incluso el Universo, como auguraba

Poe (aunque gracias a la evolución producida

en la producción de conocimiento, hoy sabemos

que según las teorías más avanzadas, es más

probable que ocurra todo lo contrario, para

nuestra tranquilidad de consumidores finales:

Se seguirá expandiendo indefinidamente

hasta enfriarse por completo y morir)


Todo tiene su vida útil.

La lapicera colapsó, pero de todo colapso

se puede extraer algo útil, una enseñanza

que aumente el capital cognitivo.

Así es como funciona la evolución.



III

Bien podría uno seguir comprando lapiceras

como siempre, y descartar esta experiencia

colapsable como oportunidad de crecimiento,

pero es mejor detenerse, como la lapicera

china y reconocer el valor de los avances

tecnológicos que disfrutamos, gracias a la

evolución, que nunca se detiene:


No sólo agrega objetos útiles, que mejoran

la vida y producen nuevas necesidades, sino

que agrega valor a todo, nos agrega y nos

educa en la agregación de valor, como algo

natural; una función positiva y expansiva

que nos acompaña en toda actividad, para

seguir creciendo en todos los sentidos:


Todo valor es susceptible de recibir agregación.

Venimos a agregar, el resto es aleatorio.

No hay otro fin, la agregación no tiene límites

y produce goce: es un recurso renovable.


Lo único sensato, es concentrarse en agregar

todo el valor posible a nuestras vidas y

defender los valores esenciales que todos

compartimos, como el valor agregado, los

valores digitales y todos aquellos que

pudieran agregarse en un futuro: No se sabe

demasiado del futuro, pero sabemos que es pura

agregación.


Es todo, voy a comprar una estilográfica.


miércoles, 3 de agosto de 2022

Endorfinas

 

(Senecio Loserman)

 

Las mismas endorfinas

obtenidas de prácticas aeróbicas

pueden replicarse en pasiones

anabólicas.


Anabel lee el estruendo de las flores

en tumbas malogradas por pasos

insensatos, en condiciones que se

intenta establecer.


No procures imitar esta lectura.


Observa, en las setas

el rumor discreto y discontinuo

de la vida y su misterio ubérrimo,

acérrimo y efímero.


martes, 2 de agosto de 2022

Encadenado a un lirio

 

(Tomás Lovano)

 

“Quien no se mueve

no siente las cadenas”


El movimiento, secuencias que

suceden y se encadenan en el

tiempo.


Sin tiempo, no hay movimiento

(este enunciado puede invertirse)


El movimiento encadenado

es constitutivo del sentido y del

sujeto que lo produce u obedece,

sienta o no sienta.


Se ejecutan tanto movimientos conscientes

como inconscientes, voluntarios como

involuntarios.


La libertad de movimientos de un cuerpo

permite adoptar ciertas posiciones, descartar

otras y cambiar de posición.


Aunque sus deposiciones dependen

de movimientos peristálticos, involuntarios.


La voluntad es útil para controlar esfínteres

y agregar valor o producir: El sujeto es libre

de incorporarse a distintos movimientos,

integrarse a una cadena u otra, y ser parte

de una cadena de valor:


Hay suficientes como para que cada uno

pueda ejercer su voluntad, elegir libremente

y no quedarse quieto.


No se puede permanecer inmóvil,

es ocioso repetir que la vida es movimiento:

los movimientos son secuencias que se

repiten, más allá del sentido, en forma

encadenada.


La vida es movimiento:

Quien no se mueve, no siente.


Del agua estancada, espera veneno,

dijo William Blake.


Ahora podés tirar la cadena

y sacar a pasear al perro,

con su collar y cadena.

 

(Si no tenés perro, no importa:

Nadie se anda fijando  en qué termina 

la cadena del otro)


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