(Aquino Lamas)
Un beso imbécil
es fácil de detectar.
Más fácil, incluso, que
detectar imbéciles.
La imbecilidad genérica
está muy difundida entre
nosotros y suele invisibilizarse:
Somos propensos al engaño
en sus distintos géneros,
versiones y formatos.
Pero hay algo que no falla,
a saber: Saber besar no es
cosa de imbéciles.
Quien quiera o necesite disipar
las dudas en relación
a la imbecilidad, antes de avanzar
o profundizar la relación,
sólo tiene que recurrir al beso,
no es difícil.
Aunque hay besos más que dudosos
hay que ser bastante imbécil
para no reconocer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario