(Dudamel Rambler)
Podría haber sido un resentido.
Lo siento, pero fracasé.
No era mi vocación, tal vez.
Hay sentimientos que mantienen
un íntimo vínculo con la vocación.
El amor al arte, no hace más amable
o amoroso al portador. Ni el amor
ni el odio son vocacionales, aunque
son sentimientos muy unidos, que
se necesitan entre sí.
No así las vocaciones: Hay no pocos
casos de almas que pasan por la vida
sin vocación, o al menos sin una bien
definida.
A algunas les lleva un tiempo definir;
otras pasan toda la vida buscándola,
sin resentirse.
No es tarea fácil, en un mundo cada vez
más complejo y en continua evolución,
los cambios se suceden sin solución de
continuidad: se multiplican los estímulos
y florecen las oportunidades, al mismo
ritmo que aumenta el costo de la vida.
Algunos no entienden la mecánica
del desarrollo y las leyes económicas
que sostienen la gesta evolutiva:
Se resienten, lo que les impide encontrar
su verdadera vocación.
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