(Dudamel Rambler)
Apicultores opositores
están a la orden del día
(No sabemos cuál es esa orden
pero aceptamos: todos los días
son parte de un orden, cuya
necesidad nos incluye. Hay un
orden de necesidades que respetar,
no se puede vivir fuera del orden.
El orden pide y da, hay deberes y
derechos: condiciones para el sano
ejercicio de la libertad:
Todos podemos oponernos a casi
todo, en alguna medida. Luego, las
autoridades adoptarán las medidas
necesarias para mantener el orden.
Una oposición sana, pone límites a
los excesos naturales del poder, para
que reine el equilibrio, que es lo más
sano que conocemos)
II
Los apicultores viven en su mundo.
Crían esos insectos laboriosos
para extraer sus productos: miel, polen,
jalea Real, propoleos. Todos saludables
y aptos para consumo humano.
Todos criamos algo alguna vez:
un hijo, una planta, una mascota.
Aunque no sea para consumo propio
o ajeno, no deja de ser una experiencia
saludable.
Así funciona el mundo; es natural:
Unos crían, otros producen
para que otros extraigan y agreguen
valor generando la cadena de valor
que impulsa el movimiento de la economía
(movimiento uniforme) para que todos
gocemos en forma encadenada.
Es lógico que los productores quieran
hacer valer lo que producen.
Las abejas no tienen idea del valor de su
trabajo, pero lo harían de todos modos.
(Producir una cucharadita de miel, le
demanda a una abeja unos 5000 viajes;
ellas ignoran el valor de lo que hacen
y tampoco tenemos como pagárselo:
No aceptan nuestras formas de pago)
Somos un planeta apicultor.
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