martes, 7 de febrero de 2023

Comisura de las eses

 

(Remigio Remington)

 

Algunos se comen las eses

al hablar; se comen también zetas,

haches, letras de baja identidad

sin un sonido propio: puro aire.


Es difícil vivir del aire,

ni el clavel del aire

vive enteramente del éter.


No hay aeróvoros ni eterófagos.


Menos frecuente es comerse una vocal;

cuesta. Yo me comí una o en una ocasión

y no funcionó: no me cayó bien la parte

cóncava de su redondez, o tal vez fue

su acento -sin acento no probé-


Tuve que ver a un oftalmólogo,

un odontólogo, un gastroenterólogo, un

entomólogo y un ufólogo…


Hasta que vomité un ojo tuerto

y extraviado de conejo genérico

sin identificar: Me miraba raro,

hubiera preferido otra cosa.


Las ese son más seguras

que cualquier vocal

y que el sexo casual: Si hablamos

de comer, la vocación no importa.


Tengo una amiga que cuando

pequeña se comía las eses de

su hermana.


No pasa nada:

Lo único seguro son las heces

y nuestra condición omnívora.

 

 


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