(Teodoro Losper)
Lo más inteligente es apuntar
al desarrollo de las industrias fósiles
y la industria del conocimiento.
El conocimiento es la clave del futuro
y los combustibles son esenciales:
Sin combustión no existimos,
no hay vida.
Asegurada la combustión, podremos
pensar en la industria de la música, de
la poesía y otras industrias culturales:
como el turismo responsable, el diseño
de nuevos polos de atracción poniendo
en valor a los pueblos originarios, y
tantas oportunidades que florecen, a la
luz de las buenas prácticas retóricas.
Los indicadores son positivos;
los guarismos muestran un crecimiento
de la transparencia a valores aceptables.
Lo importante es producir consensos
que generen un marco apropiado para
el desarrollo sustentable de la aceptación.
Esta realidad podría ser mejor, estamos
persuadidos. Pero somos realistas y
pragmáticos.
El sueño de superación es cosa del pasado,
Hemos podido superar muchas cosas; y
ésto también está siendo superado:
Los sueños son algo que merece ser superado.
El futuro ya estaba contaminado, no es
responsabilidad de esta gestión.
Aunque disponemos de los recursos apropiados
para generar empatía, obtener consensos
y ampliar el horizonte de aceptación.
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