(Nicasio Uranio)
Desperté con un sabor
inútil en la boca del alma.
Lo dejé pasar con sabiduría;
no tenía sentido demorarme
en un sabor inútil, habiendo
tantos otros y tanto de interés
para saborear al despertar:
Ésta te la dejo pasar, después
no sé; le dije a sabiendas
de lo inútil de un reproche
extemporáneo o una sanción
fuera de término.
Ya lo conocía, no valía la pena
demorarse y darle un valor que
no tenía.
Hay que permitirse más
y disfrutar en plenitud cada
segmento de vida útil.
Cada minuto es un minuto menos:
Nada vuelve.
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