(Nicasio Uranio)
Puedo enseñarte a evaluar,
pero no seguirte el ritmo
a valores normales.
Todo se aprende con paciencia
y voluntad y un cuerpo:
Una vaca paciendo sintetiza
la voluntad propia mejor que
cualquier práctica teórica.
Se pasea por el prado
la vaca sin retórica
¿estará sola?
¿Ignora que su condición mamífera
está llena de valores propios y
agregados?
¿Habrá sido segregada por los suyos
o huído sin ser notada para no entrar
en la cadena de valor?
Aprendemos a evaluar, a medida
que nos vamos calificando.
Segregar es más que humano; la vida
es pura segregación: hasta los muertos
segregan cuando ya no tienen ninguna
otra función que los ocupe.
Pero de esta vaca sabemos poco
y nada: Un ejemplar adulto y sano
en apariencia. Luce relajada:
Es para sospechar que no fue segregada,
Algunas culturas las califican sagradas,
y así se pierden todas sus proteínas.
Es para pensar: Los pueblos que se alejan
del sentido útil tienden a rendir culto a
cualquier cosa. Un despropósito que los
condena al fracaso.
Hay que evaluar los costos antes de abrazar
un culto, un dogma, un cuerpo:
No somos perfectos, pero al menos acá
no adoramos animales. Los reconocemos
por sus prestaciones y utilidades y mantenemos
relaciones asimétricas. No somos iguales:
No califican como semejantes, tienen otros
valores; son recursos naturales
como cualquier prójimo.
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