(Elpidio Lamela)
La masturbación es un recurso renovable
que supo acompañar la gestión humana
en el planeta, desde los comienzos de su
discreta historia.
Su conquista no es patrimonio exclusivo
de nuestra especie, pero no son muchos
los animales que la frecuentan y ninguno
pudo desarrollarla como nosotros, que
lideramos con comodidad el rubro.
Fiel compañera, herramienta impar de su
impronta evolutiva, ha sobrevivido hasta hoy
adaptándose a las más diversas condiciones,
sin perder el ritmo, en todo el recorrido
de nuestro desarrollo inteligente.
Nunca dejó de evolucionar, a la par nuestra,
incorporando distintas modalidades, adoptando
los adelantos tecnológicos para ofrecer nuevas
opciones y prestaciones.
Su práctica metódica no requiere capacitación
-hasta un niño puede hacerlo- ni insumos costosos
o adaptadores, como otros dispositivos personales.
Ofrece un placer acotado, pero seguro; está siempre
a mano:
Sólo requiere disponer de un cuerpo, no importa su
valor, antigüedad, modelo, estado, ni el modo en que
se autoperciba. Y un mínimo de concentración
a voluntad: Nada se consigue sin algún esfuerzo.
Se puede practicar a cualquier edad, a cualquier hora,
incluso en espacios reducidos: el tamaño no importa.
Los profesionales de la salud, reconocen sus beneficios
aunque aconsejan una práctica moderada, ya que la
energía erogada podría aplicarse a otros quehaceres,
tal vez más útiles, si los hubiera.
(En última instancia, cada individuo tiene su
propia escala de valores como para decidir qué es
lo útil, según las circunstancias y necesidades)
Sí, hay energía que se pierde, pero de una u otra
forma acabaría perdiéndose: Atesorar energía no
arroja ninguna utilidad, es mejor invertirla.
A cambio, dispondremos de un placer transitorio
pero seguro, a partir de un recurso natural y renovable:
un goce efímero, cuya producción no contamina ni
afecta a terceros:
Una actividad personalizada, que perdura en el tiempo
a valores replicables y escalables, sin efectos adversos
comprobables.
Tiene sus detractores, siempre los tuvo: Se ha invertido
mucha energía en combatirla, a través de la Historia.
Pero ella se ríe y siempre sale airosa y renovada;
goza de buena salud entre los hábitos saludables que
se pueden repetir.
No promete más de lo que puede dar:
Un placer acotado y transitorio,
un goce efímero,
como la vida misma.
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