(Esther Miño)
Al Gran Sarmiento
Mal deletreada
la sangre no entra en razones
y desconoce su función divina
su condición vital y fluye
hacia lo bajo y baja a
lo ignorado:
Fluye de modo ignominioso
alimentando las pasiones
más bajas de lo humano
y alumbrando inéditas bajezas.
No ilumina ni nutre la razón,
no entra: permanece en la Noche
de Ignorancia y condesciende
con todo lo bajo, obscuro, abyecto
conocido y a saber:
Mal deletreada,
toda sangre se vuelve deleterea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario