(Aquino Lamas)
Merma la mengua
como mariposa en su tinta
haciéndose extensiva
como oración que se elevó
y ahora reposa, irrepetible,
extinta.
Medra la órbita que aspira
a emanciparse, como una o de
su centro de gravedad vacío.
Pero el vacío emite una atracción
irresistible para los cuerpos compuestos
como sólo Dios sabe hacerlo:
Hasta a Él lo atrae, que siempre supo
lo que hacía y cómo volver a hacerlo
si fuera necesario.
El Ojo del Amo engorda el hongo
invisible que crece bajo la tierra,
en lo profundo del hormiguero,
para que las hormigas sigan trabajando
de buen grado hasta el fin de los días
y tal vez de los hongos.
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