(Onésimo Evans)
No te prometo nada,
me dijo el promesante antes
de partir.
Nunca prometo si no estoy seguro
de poder cumplir, aunque después
me arrepienta.
Un promesante independiente
no promete por prometer. Es fácil
prometer sin comprometerse:
Estamos cansados de promesas
que quedan en palabras. Por eso
ya nadie cree en palabras.
Salvo aquellos comprometidos con
actividades que necesitan palabras,
como los traductores, los filólogos,
semiólogos, objetores de conciencia,
magos y políticos con aspiraciones.
Junto a los hombres de palabra y los
hombres de fe, como el promesante
independiente; aunque después se
arrepiente:
Una buena parte del mundo hablante
vive de promesas e ilusiones.
Tal vez sea algo promisorio...
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