sábado, 16 de diciembre de 2023

Viejos y nuevos linimentos

 

(Aparicio Custom)

 

Este producto ha conquistado

una fama envidiable, rezaba

una publicidad antigua:


Un linimento que prometía matar

todo dolor (Para vivir sufriendo,

es mejor volver a la muerte)


Nadie sensato desea sufrir más

allá de lo razonable, salvo los

fundamentalistas religiosos, que

creen en la trascendencia a través

de sucesivos padecimientos,


(Teresa de Calcuta amaba ver sufrir

a los pobres) o los que enarbolan

ideologías que sacralizan el sacrificio

como medio de superación individual.


Hay quienes piensan que este mundo

se sostiene tal como es, gracias a que

una buena parte acepta como verdad

esta premisa religiosa:


Venimos a sufrir.


El linimento ofrecía algún alivio

y conquistaba una fama envidiable

en aquellos tiempos.


Hoy disponemos de recursos mucho más

sofisticados, para alivio de todos.


Pero siempre hay algo que envidiar:


La sana envidia nos impulsa a ser mejores,

superarnos y elevar la vara para resultar

cada vez más competentes y competitivos.


Hasta podríamos conquistar una fama

envidiable, gozar de la fama tanto como

de la envidia ajena, y hasta de los que sufren

el aumento del costo de la vida y de sus

linimentos.



 




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