(Serafín Cuesta)
El pez carroñero
es una rara avis dentro de
la comunidad de peces
conocidos que circulan.
Se diferencia de sus congéneres
carnívoros en que no mata
para comer:
Se contenta con los cadáveres
que encuentra a su paso
(todas las aguas navegables están
bien pobladas de cadáveres)
La carroña, carne muerta, no cotiza
entre las mayorías carnívoras. Pero
hay peces carroñeros cuya carne es
apreciada por paladares exigentes:
La tercerización funciona.
Nosotros no somos peces, aunque
sabemos pescar y ser pescados.
Si bien provenimos del agua, como
todo lo que vive, hace bastante que
la abandonamos.
Aún compartimos ciertas conductas
con ellos, pero ese tema lo resolvimos
hace mucho, gracias a la evolución.
Casi nadie mata para comer,
y no recogemos cadáveres ajenos:
Aprendimos a tercerizar la muerte,
y funciona.
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