martes, 30 de septiembre de 2025

Superioridad de Pablo

 

 

(Amílcar Ámbanos)

 

No hay llanto como mi llanto,

podría decir Pablo.


No lo dice por humildad,

pero podría decirlo sin faltar

a la verdad.


En verdad, no hay un llanto igual

a otro, pero no conozco ninguno

como el de Pablo Ollanto.


El llanto es tan diverso como la risa

o la sonrisa, pero no tanto; aunque

éstas son más fáciles de impostar,

fingir, o falsificar.


Hay risas contagiosas, casi como un

bostezo, pero no tantos llantos

que contagien:


Yo no soy propenso a los contagios,

pero el llanto de Pablo puede hacerme

llorar contra mi voluntad, 

aunque no se justifique.


En cuestiones emotivas, hay mucho

que no se justifica, es cierto. Pero en

otras también, sin que eso se traduzca

en llanto.


Traducir en palabras un llanto,

es tarea imposible, más aún el de Pablo,

que es distinto a cualquier otro.


En una competencia de llantos,

Pablo no tendría rival, pienso. Pero

también pienso que no se presentaría:

Pablo no se reconoce un ganador.


Tal vez por eso, no es dado a competir.

Hay muchos que no son dados y se ven

forzados a hacerlo por necesidad:


La necesidad arruina muchas vidas.

Pero no hay vida sin necesidad,

es triste pero es verdad, aunque

nunca es triste la verdad.


Es para pensarlo, antes de necesitar.

Yo tampoco soy dado a competir,

pero no lloro, salvo que tenga un

buen motivo.


Es cierto que hay suficientes motivos,

pero con el llanto no se gana nada, es

un derramamiento inútil, como tantos.


Claro que ante el llanto de Pablo

no puedo menos que llorar, como

buen cristiano objeto de contagio.


Es un llanto sin ritmo, aunque tiene

una continuidad propia de uno.

No es tan intenso y copioso

como pegadizo y único.


En eso, Pablo Ollanto, y su llanto

son impares. 

 

 

 

lunes, 29 de septiembre de 2025

Instructivo para aprovechar correctamente la lectura poética

 

(Elpidio Lamela)

 

Si el poema no te dice nada,

dejalo pasar.


La vida es bastante larga como

para que pasen todos los poemas,

digan lo que digan.


El poema no tiene por qué decir

nada distinto de lo que dice,

aunque nunca diga lo mismo

a todo el mundo.


Ningún poema es el mismo

para todos, como ningún poema

es para todo el mundo.


Un poema no tiene por qué ser

el mismo que pasó sin decirte

nada, pero podría volver a hacerlo.


Estamos de paso por la vida

del poema:


Cuando hayamos pasado a mejor vida,

es posible que el poema siga haciendo

de las suyas, como si no pasara nada:


Diciendo lo mismo que ahora

no te dice. El poema no tiene por qué

decir nada distinto, está dicho:


No importa qué dice el poema,

sino lo que hace.


Si no te hace nada, dejalo pasar

como quien dice.

 

domingo, 28 de septiembre de 2025

Somos lo que leemos

 

(Elpidio Lamela)

 

Eres lo que lees,

no leas sin mirar.


Sé selectivo: Descarta

lo que no te eleve.


El buen lector, no es

el que lee mucho, sino

el que sabe lo que lee.


La calidad amplía la conciencia

del ser en el mundo, y el mundo

de lo posible se expande. No así

la cantidad:


La cantidad no cuenta.


El mundo es uno,

con sus maravillas y miserias:

Elige lo que incorporas.

No hace falta leerlo todo:


El hábito de la lectura no produce

mejores sujetos por sí mismo. Hay

que saber elegir:


Leer es fácil, aunque escribir lo es

más. Eso explica la cantidad y el

consumo sostenido.


Somos lo que leemos, aunque no

necesariamente lo que elegimos.


El buen lector, sabe que la mayor

parte de la literatura es prescindible,

y la carrera del lector es la más difícil 

 

(lo sabe por haber leído a Macedonio, 

aunque eso no lo convierte en Macedonio,

quien lo probó lo sabe)


Desarrollar un criterio propio y confiable

lleva su tiempo. Hay que leer bastante para

obtenerlo.


Luego, a medida que avanza en la carrera

elegida, el lector se vuelve más selectivo

y descarta mucho más de lo que lee.


Llegado un punto, hay sólo dos opciones:


La relectura, a la que siempre se puede volver

es una práctica segura.


La otra, volcarse a la escritura:

Nadie es lo que escribe. 

 

sábado, 27 de septiembre de 2025

La semilla muerta

 

 

(Eva Evans)

 

Una semilla muerta

es difícil de reconocer.


Suele pasar inadvertida para

productores, recolectores,

obtentores y pastores.


El conocedor es más humilde,

nadie sabe lo que encierra ese

pequeño cuerpo, hasta que brota

y multiplica formas.


La multiplicación es la función

natural de todas las semillas,

así como la nuestra.


Siempre supimos multiplicarnos

con bastante éxito, obedeciendo

el mandato, sea divino o biológico.


Al éxito hay que abonarlo y cuidarlo

como si fuera una semilla.


Una semilla muerta

suele pasar desapercibida,

son idénticas en apariencia.


La muerte conoce múltiples formas

de expresión: sólo reconocemos

algunos signos, que no es necesario

reproducir.


La multiplicación es su función

natural, aunque no todas las semillas

muertas obedecieron causas naturales.

 

viernes, 26 de septiembre de 2025

Filiaciones dudosas

 

(Elpidio Lamela)

 

No sabía si era el hijo

o el padre de la criatura,

ella tampoco.


Tal vez fuera ambas cosas,

no sabía. Es difícil cumplir

ambas funciones a la vez

en forma aceptable:


Nadie nace sabiendo,

sea hijo o padre, o simple

criatura.


Si tuviera que elegir, no sabría

donde ponerme  ¿Habría sido

mejor padre que hijo?


Hay casos, no se puede saber,

pero cualquier respuesta

debería contemplar el juicio

del hijo.


El hijo nunca elige, aunque pueda

adoptar la religión de sus padres

que no eligió.


Ni el hijo adoptivo elige, aunque

nunca lo sepa.


Pero sólo el hijo puede juzgar

a los padres con autoridad, sin

condicionamientos sospechosos.


De ese juicio nadie se salva,

ni la criatura que vacila

entre funciones no elegidas

que no pueden esperar.

 

jueves, 25 de septiembre de 2025

Predador universal

 

 

(Horacio Ruminal)

 

Más allá de toda división,

todos somos dadores y receptores,

en distinta medida, por encima de

nuestras diferencias constitutivas.


El intercambio, que nos hace dadores

y receptores, es anterior a la palabra;

El comercio carnal y el metabolismo

son formas de comunicación.


Todas nuestras formas de comunicación

son más antiguas que el discurso hablado.

Como los lazos de sangre, cuyo origen

se confunde con la propia sangre.


El comercio de la sangre es, también

bastante antiguo. Podemos recibirla, o

darla, según el grupo y factor:


La sangre ya nos dividía, cuando aún

no sabíamos dividir, ni gozábamos de

la división del trabajo)


Dar y recibir son acciones simples

e interdependientes, que sostienen

el entramado de todas las relaciones

que nos afectan, y de toda otra posible

entre pares, impares, etc.


Todos tenemos algo para dar:

Se puede dar crédito, dar órdenes, dar

lástima, dar muerte, vida, asco, y dar

respuestas inverosímiles.


Es probable que siempre hayamos sido

dadores y receptores, incluso antes de

sospecharlo, aunque no sabemos en qué

orden.


No hace falta conocer el significado

de la palabra inversión, para dar y recibir.


Más allá de todas las divisiones conquistadas

a través de distintas etapas de la evolución

histórica, la práctica de dar y recibir parece

habernos acompañado siempre:


Algunos antropólogos afirman

que antes de constituírnos en predadores

naturales universales, ya éramos dadores

y receptores.


Aunque hay opiniones divididas.

 

miércoles, 24 de septiembre de 2025

Taxonomía del suspiro

 

 

(Senecio Loserman)

 

En un suspiro legítimo

y genuino caben todos

los deseos del mundo.


¿Cuántos mundos hay?


En un suspiro, pienso:

El mundo libre, el mundo sensible

y todos los que no conocemos

por no pertenecer al primer mundo.


¿Es todo parte de lo mismo?


¿O, por el contrario, se parte

de aspiraciones que difieren

en su contenido pero comparten

el origen de la misma condición

efímera?


Es posible que los deseos del primer

mundo sean más desarrollados, ese

es el sentido de la división.


En un suspiro humano auténtico

puede haber residuos de deseos

inconclusos o palabras fuera

de contexto.


La duración de un suspiro genérico

es ajena a las interpretaciones del

mundo en desarrollo.


Pero un suspiro contenido en tiempo

y forma, puede ser una buena fuente

de inspiración para otros.

 

martes, 23 de septiembre de 2025

El ostracismo salva vidas

 

 

(Isnaldo Montalbán)

 

Entre los cuerpos colegiados

están los cuerpos cavernosos.


Allá ellos: Yo elijo creer

mientras elongo, como buen

miembro.


Un cuerpo aislado y solo

no puede esperar mucho

del futuro, aunque le sobren

voluntad y otros recursos.


Todos los cuerpos compuestos

de otros cuerpos, terminan

en la descomposición, más allá

del número de miembros.


Ahora bien, la concurrencia

de los cuerpos, voluntaria o no,

tiene efectos positivos y negativos.


Allá ellos: Yo elijo creer

en la unidad que se incorpora

desde esa voluntad voluminosa.


Hay mucho por aspirar, aunque

mantengamos diferencias

en la forma y en el fondo.


Pero sin esta comunión seríamos

sólo una expresión imprecisa,

cada uno en su nicho de confort

o en su caverna.



 

lunes, 22 de septiembre de 2025

Los rastros de la pérdida

 

 

(Hildebrando Sábilo)

 

Ante la sombra imberbe del gusano

no correspondido, cualquier medida

es desproporcionada para el hombre

medio y el hombre de la calle.


Algunos callan para siempre, otros

hablan para no callar, esperando

una correspondencia proporcional.


Nadie llega nunca para quedarse,

oí decir a un hombre de palabra.

Dijo algo más, también, que no recuerdo

y partió con su sombra agusanada.


No volví a verlo, su rastro se perdió

como se pierde todo, entre la sombra

de gusanos púberes e impúberes

que no se corresponden.


Quedaron sus palabras, como víveres

sanos, amables y dispuestos

en vísperas del próximo gusano.

 

domingo, 21 de septiembre de 2025

Ojo de buey

 

(Serafín Cuesta)

 

El buey solo

mira el mar

por el ojo de buey.


El buey solo

como un mar,

se lame y se solaza.


No importa cómo

se lame:


Se lame bien lamido

y hace bien. Se llame

como se lame, hace bien,

es un buey de bien.


Hace bien en lamerse,

lo sabe:


lamerse hace bien

en un sentido y otro

para el que es solo y se sabe

solo como un mar.


El mar también lo mira

por el ojo de buey

que es uno, lamido

por otros ojos invisibles,


y se lame:  como un buey

solo, en ambos sentidos.


El buey vuelve a mirar el mar,

vuelve a lamer lo ya lamido

y lo repite como un acorde

perfecto.

 

sábado, 20 de septiembre de 2025

De un tirón

 

(Nicasio Uranio)

 

Escribí un poema de un tirón.

Después lo leí, después lo tiré,

consecutivamente:

 

No tenía ningún valor, salvo ése 

si lo fuera.


¿Se lo puede llamar valor?


Sí, se puede. Yo no no sé mucho

de valores; tengo una noción,

como todo el mundo, y observo

que cada uno hace un uso particular

y le da un significado personal.


Luego, según las circunstancias

propias y las distintas condiciones,

va evaluando y desarrolla, a su modo

unas valoraciones nunca definitivas.


Es laxo el significado de valor,

y el contenido cambiante y difuso.


Aunque se reconoce necesario

para el intercambio de valores, donde

cada uno procura hacer una diferencia.


Si bien no existe un valor universal

excluyente, que permanezca estable,

hay cosas que todos valoramos, en

alguna medida.


Medida y valor son casi lo mismo:

dos caras de la misma moneda,

no existe una sin la otra.


Si no midiéramos, no conoceríamos

ningún valor, falso o verdadero:


Viviríamos sin valores y la vida

no tendría ningún valor, más o menos

como el poema escrito de un tirón

que tuve que tirar.

 

viernes, 19 de septiembre de 2025

Beneficios del ayuno consciente

 

 

(Germán Singerman)

 

Cuando el cuerpo no recibe comida

empieza a alimentarse de sus propias

células muertas y enfermas.


Así, la autoregenración renueva

y revitaliza al cuerpo.


Cuánto más se extienda en el tiempo,

mejores serán los resultados.


El ayuno es una práctica muy

antigua en alguna culturas orientales,

donde se registran las mejores cifras

de longevidad.


De hecho, la cita del comienzo

es de un profesional japonés, premio

nobel de medicina.


La ciencia ha evolucionado mucho,

la medicina también y ahora nos hace

saber que hay cosas que el cuerpo

puede resolver por sí mismo.


A medida que se avanza con esta

práctica, se puede ir extendiendo

su duración y constatar los beneficios

obtenidos del ayuno prolongado.


Es aconsejable hacerlo bajo control

para evitar los riesgos: Hay un límite

del que no hay retorno:


Después de consumir todas las células

muertas y enfermas, el cuerpo precipita

hacia una morbidez irreversible.


Aunque queda la certeza, al ayunante

de haberse convertido en un cadáver

sano, que puede continuar su práctica

en forma indefinida.


 

jueves, 18 de septiembre de 2025

Correspondencias simples y compuestas

 

(Dudamel Rambler)

 

A palabras mórbidas,

oídos híbridos y lívidos.


A palabras cáusticas,

oídos hipoacúsicos.


A palabras feraces,

oídos lenguaraces.


A palabras túmidas,

oídos impertérritos simétricos.


A palabras lúbricas,

oídos semilípidos.


A palabras subidas de tono,

oídos como ánodos isócronos.


A palabras cóncavas,

oídos astringentes y concéntricos.


A palabras inéditas,

oídos lánguidos, acéfalos

e incultos cual párvulos neófitos.

 

martes, 16 de septiembre de 2025

El adjetivo feliz

 

(Elpidio Lamela)

 

Llegó esta hora miserable

que esperaba


¿Por qué no?   Era de esperar,

podemos esperar cualquier cosa

en una hora, casi como de un

adjetivo, más o menos feliz.


¿Cuáles son los adjetivos más

felices? ¿Depende casi siempre

del sustantivo?


¿O antes depende del sujeto, del

momento ocasional en esa hora

adjetivable?


Hay pocas que merezcan un adjetivo

como ese entre las horas hombre

que nos cursan.

 

Hay pocas horas que merezcan

el adjetivo miserable para un miserable.


En horas pico todo es confusión,

movimiento espasmódico compartido

en exceso y sonido sobresaturado:


Nadie se detiene a pensar en el tiempo

perdido sin vacilar.


¿Puede ser feliz un miserable?


¿Por qué no iba a poder?


Depende del sujeto y la ocasión,

así como un adjetivo evoluciona

en sustantivo y cobra otro valor:


Lo miserable trasciende el tiempo,

es una condición que define al sujeto

dondequiera que se encuentre,

aunque no se reconozca.


El adjetivo es como un animal líquido,

que adapta su forma a lo que lo contiene

con resultados más o menos felices.


 

lunes, 15 de septiembre de 2025

El arte del engaño

 

(Elpidio Lamela)

 

El quiebre de cintura

hacía la diferencia, un arte

que muy pocos dominan.


Esa capacidad para engañar

al otro y dejarlo en el camino

o hacerlo pasar de largo, lo

hacía un jugador distinto.


Mimado por los hinchas,

propios y ajenos, nunca dejaba

de sorprender con sus amagues

exquisitos, que siempre repetía.


Poseía otras virtudes, pero fue

esa la que lo elevó a la categoría

de ídolo popular.


El amor genuino e incondicional

de los amantes del buen juego,

está íntimamente vinculado al goce:


El goce natural, producido por el

engaño exitoso; el arte sintetizado

en un movimiento impredecible y

sutil, que deja al otro en ridículo.


Es ése y no otro el verdadero deseo

del público que paga para ver un

partido: Es lo que más se disfruta

y lo que despierta la pasión.


No importa cómo termine la jugada,

ni el partido: ese momento de goce

queda grabado en la memoria de

los amantes y es independiente.


El momento mágico en que el engaño

se consuma, es algo único y es lo que

alimenta la pasión.


No nos engañemos: Todo lo demás

es condición secundaria, argumento

para el consumo, la publicidad y el

lucro.


Mientras los amantes diletantes 

esperamos que se consume el arte 

del engaño.

 

domingo, 14 de septiembre de 2025

Crecimiento patrimonial

 

 

(Eleuterio York)

 

El crecmiento patrimonial

de la humanidad, es bastante

significativo.


Resulta auspicioso verificar que,

si bien en términos históricos

somos una especie joven, casi

sin pasado en relación a otras,


en términos biológicos, nadie

creció tanto en tan poco tiempo.


En condiciones naturales, podríamos

seguir creciendo hasta lo impensado

o infinito, pero sabemos de nuestra

naturaleza temporal:


Alguna vez seremos superados

como todo el mundo, y la evolución

producirá algo aún mejor que nosotros,

probablemente más útil a sus fines,

que todavía no conocemos.


Sin embargo, tenemos motivos para

el orgullo:


Nunca nadie ha producido tanto

conocimiento útil, un patrimonio

que será un legado valiosísimo para

quienes nos sucedan en el liderazgo

de la aventura evolutiva.

 

El conocimiento es un bien, 

un activo que abona el volumen

de nuestro patrimonio histórico, 


Nuestro crecimiento patrimonial

no tiene competencia en el planeta.


No sabemos si en algún otro hay

vida, o algo equivalente, pero es

difícil que puedan competirnos.


Estamos solos en lo más alto, sólo

bajo la sombra del Patrimonio Divino,

del que todavía somos parte. 

 

aguas incultas

 

(Asensio Escalante)

 

Pueden llover medusas

o aguasvivas en los médanos

sin que nadie en el desierto 

entre en pánico.


O nevar en la puna

con el mismo resultado.


Cuando perdimos el miedo al agua,

la bautizamos, después de bendecirla

como a una madre.


Toda madre, es navegable y única

y flotamos.



El agua es anterior a casi todo,

a los planetas como éste, y a

cualquier cultura de las nuestras:


No sabemos qué había antes,

tal vez nada.


Con las primeras sílabas del alba,

rompió el inicio de los tiempos

y conocimos el agua, ya antigua.


De esas aguas incultas, incorporamos

el movimiento, para poder reproducirlo

y comenzar la carrera descendente:


Siempre descendimos de la reproducción

y cultivarla es nuestra única función,

por lo que sabemos.


De las aguas incultas aprendimos

el sabor insípido en sus distintas versiones.

Y aprendimos a elaborar una cantidad

de soluciones más o menos bebibles.


Conocimos la contaminación y aprendimos

a producir nuestras propias fuentes, hasta

alcanzar la contaminación sustentable.


Después aprendimos que no es nada,

que el agua se puede purificar

y volver a usar, gracias

a la economía circular.

 

Ahí conocimos el valor de la pureza, para 

poder incorporarlo a la composición 

del valor en nuestra escala de valores.


Llevó un tiempo aprender que el agua

es un recurso natural ante todo y, como

era natural, aprendimos a agregarle valor.


El agua siempre fue una buena fuente

de conocimiento: Sabemos que estamos

hechos de agua y materia residual, y aún

seguimos aprendiendo:


Hasta de nuestros residuos 

aprendemos y compostamos.


De lo inculto también se aprende:

Todavía somos aprendices, ya se

sabrá de qué.

 

viernes, 12 de septiembre de 2025

El goce de la división

 

(Hildebrando Sábilo)

 

La división del tiempo

es creación y patrimonio

humano:


Antes no existía, nadie sabía

qué hacer con el tiempo, 

qué función tenía,

ni cuál era su tiempo libre.


La división nos liberó:

 

A partir de esta conquista

la vida se ordenó, y el hombre

pudo organizar su actividad

productiva, como las otras.


Así, comenzó a ejercitarse en

el desarrollo de los diversos

patrones rítmicos necesarios

para la producción. 


El ritmo pone límites a la libertad,

ordena. A cambio, ofrece el goce

de la continuidad que brinda

la repetición regular:


No hay ritmo, ni goce 

por fuera de la repetición.


La división rítmica, se produce

a una velocidad regulable, que nos

incorpora a un continuo de secuencias

sucesivas y regulares, propias 

de la función del goce.


Dentro de sus pautas regladas

el ritmo nos regala esa continuidad

donde cada movimiento es previsible,

confiable y reproducible como el goce

de la integración.


Amamos la regularidad, el encadenamiento

natural de instantes, sensaciones y secuencias

que conforman una unidad habitable, tanto

como mensurable y negociable.


Nuestra propia naturaleza, es un conjunto

de funciones rítmicas con mayor o menor

conciencia: A la conciencia, no solemos

frecuentarla con intervalos regulares.



La división, es una función primordial

para entender el ritmo, el tiempo, los

ciclos vitales, el sentido del trabajo

social y la apropiación individual, así

como la función social de la propiedad. 


Sin disponer de la división del tiempo,

nunca hubiéramos tenido futuro

y no conoceríamos otra cosa que

la necesidad en estado puro,

 

desnuda y salvaje, imponiéndose

con toda su violencia bajo un ritmo

tan obscuro como ajeno. 


 

Desarrollo consensuado

 

(Valdemar Claramonte)

 

Estaba solo al consensuar.

Pero había que hacerlo

y alguien lo tenía que hacer.


Hay muchas cosas que podemos

hacer solos, todavía falta.


Distinto sería, sin la primera

persona del plural:


Ahi, no habría forna de obtener consenso

aunque tuviéramos razón, o al menos

compartir la necesidad desde el faltante.


¿De qué hablamos cuando estamos solos?

¿De qué se puede hablar cuando hablamos

solos?


¿Habría que decirlo todo, le pese a quien

le pesare?


¿Y el consenso?


Midamos las palabras, es más fácil

que medir la vanidad, o lo que viene

faltando para completar la falta.

 

jueves, 11 de septiembre de 2025

Los predadores son los más necesarios

 

(Isnaldo Montalbán)

 

Hay pájaros e insectos

que se alimentan de orugas.


Si bien algunas portan colores

vivos para llamar la atención

y prevenir a sus predadores

sobre el peligro (los tonos vivos,

intensos y agresivos son señales

de alerta sobre venenos)


Y muchas están recubiertas de

espinas provistas de sustancias

irritantes, las orugas son criaturas

bastante indefensas:


Son pocas las que logran completar

el ciclo y mutar en mariposas.


La tarea de los predadores, aunque

nos resulte antipática por prejuicios

de índole emotiva, es necesaria para

el equilibrio de los sistemas:


Todas las especies necesitan ser

controladas por otras. Si no fuera por

estos pájaros e insectos, padeceríamos

una superpoblación de mariposas.


Ésto, no sólo traería aparejados otros

desequilibrios (las flores no serían ya

suficientes, por lo que buscarían otras

fuentes de alimentación), sino que nos

veríamos invadidos por toda clase de

volátiles, entorpeciendo todas nuestras

actividades y alterando la normalidad.


Es cierto que tienen su gracia, todos

disfrutamos la belleza al observar

el vuelo de una mariposa, o algunas.


Pero al pensar en su multiplicación

descontrolada, surge una pregunta:


¿Para qué querríamos esa cantidad

excesiva de criaturas efímeras, que

son bellas pero no sirven para nada?


Agradezcamos a esos predadores, y

cuidémoslos; necesitamos su servicio:


Todas las especies necesitan que otros

las controlen, menos nosotros, que ya

aprendimos a arreglarnos solos.


Así es como funciona el equilibrio natural

que tanto nos necesita. 

 

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