(Serafín Cuesta)
El buey solo
mira el mar
por el ojo de buey.
El buey solo
como un mar,
se lame y se solaza.
No importa cómo
se lame:
Se lame bien lamido
y hace bien. Se llame
como se lame, hace bien,
es un buey de bien.
Hace bien en lamerse,
lo sabe:
lamerse hace bien
en un sentido y otro
para el que es solo y se sabe
solo como un mar.
El mar también lo mira
por el ojo de buey
que es uno, lamido
por otros ojos invisibles,
y se lame: como un buey
solo, en ambos sentidos.
El buey vuelve a mirar el mar,
vuelve a lamer lo ya lamido
y lo repite como un acorde
perfecto.

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