(Germán Singerman)
Cuando el cuerpo no recibe comida
empieza a alimentarse de sus propias
células muertas y enfermas.
Así, la autoregenración renueva
y revitaliza al cuerpo.
Cuánto más se extienda en el tiempo,
mejores serán los resultados.
El ayuno es una práctica muy
antigua en alguna culturas orientales,
donde se registran las mejores cifras
de longevidad.
De hecho, la cita del comienzo
es de un profesional japonés, premio
nobel de medicina.
La ciencia ha evolucionado mucho,
la medicina también y ahora nos hace
saber que hay cosas que el cuerpo
puede resolver por sí mismo.
A medida que se avanza con esta
práctica, se puede ir extendiendo
su duración y constatar los beneficios
obtenidos del ayuno prolongado.
Es aconsejable hacerlo bajo control
para evitar los riesgos: Hay un límite
del que no hay retorno:
Después de consumir todas las células
muertas y enfermas, el cuerpo precipita
hacia una morbidez irreversible.
Aunque queda la certeza, al ayunante
de haberse convertido en un cadáver
sano, que puede continuar su práctica
en forma indefinida.

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