(Luis Espéculo)
Escribo otro poema pasatista.
Es más fácil acumular estos objetos
en el tiempo que tiempo sin objeto.
Hacer poemas es una forma de hacer
tiempo, mis poemas no reniegan de
su condición efímera, cumplen en tiempo
y forma su función y aceptan ser un
pasatiempo sin contradicción ontológica
ni metafísica.
Otros aspiran al poema memorable, se
empeñan en trascender el tiempo
y disputar un lugar en el futuro.
¿Habrá tal cosa? ¿Acaso hay un futuro
para el poema? ¿Tendrían prioridad los
buenos, o sólo los memorables?
¿Tienen memoria los poemas?
¿Hay algo vivo en ellos, más allá de
su presente más o menos dudoso?
Hay poemas paisajistas, futuristas, simbolistas
y ornamentales. También confesionales,
coloquiales, evanescentes y anacrónicos.
Yo sospecho que todo poema es un anacronismo
y que el futuro podrá prescindir perfectamente
de todos ellos, como de nosotros.
Hay que saber estar de paso por el poema,
Siempre vuelvo al poema pasatista,
me complace comprobar que es lo menos
complaciente que puede hacer un poema.
No hay comentarios:
Publicar un comentario