(Emeterio Askman)
Los nuevos atavismos están marcando
tendencia entre nosotros, y dan cuenta
de la dinámica evolutiva.
Nos es difícil percibirlo, por lo acotado
de la vida humana, si bien su esperanza
se sigue prolongando, no sabemos hasta
cuando.
Los atavismos conocidos, como el ojo de
águila, el pecho de pollo, el tercer molar
o la oreja de mico con su punta angular
y pintoresca, pronto serán cosa del
pasado.
Todos los atavismos son resabios del
pasado, pero quiérase o no, la evolución
diferenciada nos va alejando cada vez
más de los animales que supimos ser:
Nada nos ata al pasado.
El hombre se renueva como individuo
y como especie, a medida que nuestra historia
crece: Hasta ahora, nunca paró de crecer.
Sabemos que el Superhombre fracasó (tal
vez estuvo demasiado solo), y el hombre
nuevo colapsó antes de dar sus primeros
pasos.
Ya nadie cree en el Sujeto Histórico, algo
superado. Pero seguimos siendo protagonistas
de esta historia, al menos en el plano biológico,
y contamos con la ingeniería genética para
apurar los tiempos de la evolución y superar
los propios límites de la Naturaleza.
El vello púbico en las mujeres y gestantes,
ya está pasando a ser un atavismo, como
tantas cosas que se vuelven inútiles o entran
en contradicción con las prácticas sociales.
También la inteligencia natural que nos distingue
entre los primates superiores, perderá utilidad
ante el avance inexorable de la Inteligencia
Artificial, que ofrece un rendimiento ventajoso.
¿Somos el rebaño elegido por la Selección
Natural, o la manada seleccionada?
Aún no se puede verificar, pero la evolución
es un camino sin retorno.
Habrá nuevos atavismos disponibles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario