(Elpidio Lamela)
La insatisfacción es una fuente
de oportunidades:
Un insatisfecho, nunca se conforma
con lo que tiene, aunque sea suficiente
para despertar la envidia de muchos
(La envidia es un sentimiento propio
de organismos mu desarrollados, como
la codicia: ¿Quién no ha codiciado a
alguna mujer de un prójimo, de un
primo o un cuñado?)
Sin el impulso de la codicia y la
insatisfacción, el mundo no hubiera
avanzado mucho; sería como el agua
estancada (de la que sólo podemos
esperar veneno, según William Blake)
El insatisfecho no se conforma con ésto
ni con ninguna otra cosa; ese estímulo
lo impulsa y va en busca de otra cosa.
Sale de su zona de confort, y su propio
movimiento comienza a reflejarse en
oportunidades, para sí mismo y para
terceros:
Siempre aparecen los oportunistas
de turno (el oportunismo, como la
envidia y la codicia no descansan: son
propios de individuos muy desarrollados
dentro de la especie superior que controla
el mundo sensible)
La insatisfacción sostiene el movimiento
del mundo, para que no se estanque y se
envenene y siga avanzando hacia otra parte.
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