(Absinia Bending)
Mecíame con mesura
en sentido ascendente y descendente.
La mesura iba meciéndome
en forma creciente e intervalos
cada vez más regulares.
Creo en la mesura
que siempre me acompaña,
tanto en mis movimientos
como en el pensamiento y
en la meditación profunda.
Somos libres de adoptar una medida
o cualquier otra: yo creo en la mesura,
como otros en el exceso y lo practican
con fervor, no exento de pasión.
Creo en todas las pasiones
con moderación: Sin pasión, la vida
se reduce a declinar sin pausa ni
entusiasmo y el alma se vacía hasta
agotarse.
II
Somos parte de distintos movimientos
ajenos a la propia voluntad y otras.
No sabemos mucho de la voluntad propia,
aunque sospechamos que no es patrimonio
exclusivo de nosotros:
No sabemos mucho de nosotros.
Hay que ser mesurado en la observación
del movimiento, y dejarse mecer en el
sentido destinado. Todo lo que es
se mece:
Se mecen las mieses y las musas,
las horas van y vienen como las
mariposas, que vuelven a pasar:
No sabemos si son las mismas,
ni si nosotros aún lo somos. Tal vez,
ni el mesías que se espera sea el mismo
para todos, ni para él mismo.
Todo se mece en libertad, como merece.
No es difícil aceptarlo: Una vez que lo
aceptemos todo, nada nos podrá faltar.
Déjate mecer, en un sentido y otro
y goza este vaivén sin dueño,
repite las secuencias de ese goce
como si fuera parte de otro sueño.
No es preciso hundirse en lo profundo,
déjate mecer: en tu mecerte late un
mundo.
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