(Florencio Cusenier)
Hay quienes supieron cantar
a la masturbación, no sé si es
necesario repetir.
Otros la cultivan en silencio,
prefieren ver la paja en el
ojo ajeno.
Sin embargo, el libre ejercicio
de esta práctica hace que nadie
pueda permanecer ajeno.
Aunque siempre fue reconocida
como parte de la actividad privada.
Luego, nunca pudo ser privatizada.
Los Testigos de Onán, que algunos
califican como secta, han sabido
adaptarse a los cambios de época,
condiciones y modalidades, para
mantener viva la llama de la Fe.
¿No es, acaso, un acto de Fe
semejante prueba de amor propio?
Está bien que se le cante: el onanismo
y el canto son expresiones vitales, al
igual que la Fe.
En sociedades libres como la nuestra,
todo puede ser objeto de canto, y
también de Fe.
II
En cualquier caso, cantar al masturbarse,
tanto como lo inverso: tocarse mientras
se canta, resulta trabajoso y no menos
objetable:
El canto no debe ser manipulado,
aunque sabemos que ha pasado
alguna que otra vez.
Supe de fuentes fidedignas, que los jóvenes
devotos de hace años, que unieron sus voces
bajo el nombre de Vox Dei, cantaban:
No tires tu semilla en vano, hermano,
si algo quieres cosechar, mientras se
masturbaban con fe en privado.
Cosecharon bastantes adeptos
en aquellos tiempos, que eran otros.
Ahora cursan la tercera edad, y todavía
cultivan esa práctica: Siguen cantando
y creyendo:
La fe es un recurso renovable, como la
masturbación.
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